Apuestas ilegales y maltrato animal

La fiebre de las peleas de gallos persiste hasta en el confinamiento

Consideradas una tradición en el ámbito rural, mueven miles de euros gracias a las apuestas ilegales y la venta de ejemplares

La normativa española solo permite la exhibición de la raza 'combatiente español' para su venta, pero no los enfrentamientos

Momento de la identificación de los asistentes a una pelea de gallos en una finca en El Palmar de Troya (Sevilla).

La escena se ha repetido varias veces durante los últimos dos meses en distintos puntos del país. Un trasiego inusual de gente que desafía el estado de alarma y llama la atención de los vecinos, la irrupción de las fuerzas de seguridad y un intento de huida de los asistentes que deja al descubierto animales muertos, un arsenal de medicinas para tratar de recuperar a los ejemplares malheridos y dinero, mucho dinero para apuestas ilegales. Son las peleas clandestinas de gallos, que no han parado durante el confinamiento y han provocado decenas de detenciones identificaciones policiales. Una actividad entendida como deporte o tradición por muchos, pero que la normativa española prohíbe y tipifica como maltrato animal