La magnitud de la epidemia de coronavirus ha alcanzado todas las formas de nuestra cotidianeidad y la huella de la enfermedad está presente en infinidad de actividades diarias, desde las colas de la compra, el aspecto semidesierto de las calles, con diferentes paisajes urbanos en función de la franja horaria: ancianos, niños y deportistas se combinan en el uso del espacio público a lo largo de la jornada.
EL PERIÓDICO recoge en una serie la mirada de nuestros fotógrafos, testigos de excepción de este momento en el que el estado de alarma obliga a la población a mantenerse confinada en sus casas con pocas salvedades, como son las actividades esenciales (ir a comprar comida o medicamentos o al quiosco) y con salidas programadas según la fase de la desescalada en que se encuentran.
Las playas de Valencia, vigiladas por el Ejército, el reparto de mascarillas en los vestíbulos del transporte público, las medidas de protección extremas de vendedores de prensa en los kioskos y los riders de empresas de comida rápida se suceden en este recorrido visual por las últimas semanas de vivencias de la pandemia en nuestro país.
Miguel Lorenzo es el autor de todas las fotos recogidas en este vídeo en el que imprime su mirada particular sobre el impacto del coronavirus en nuestro entorno y su rostro es el mismo que lo cierra.