EN UN INSTITUTO DE BARCELONA

El fiscal pide cárcel para una conserje por acosar sexualmente a un alumno

El ministerio público reclama tres años y tres meses de prisión para Maria Isabel J. V.

El Consorci d'Educació de Barcelona figura como responsable civil subsidario

Fachada del instituto Juan Manuel Zafra. / CARLOS MONTAÑÉS

La Fiscalía de Barcelona solicita tres años y tres meses de prisión para María Isabel J. V., una mujer que en el 2014 era conserje de un instituto de Barcelona a la que se le atribuye haber acosado a un alumno con la intención de que tuviera relaciones sexuales con ella. La empleada del centro educativo, según la acusación pública, llegó a tocar los genitales al menor por encima de los pantalones. El ministerio público reclama a la investigada, que fue trasladada, una indemnización de 50.000 euros por daño moral. El Consorci d’Educació de Barcelona figura como responsable civil subsidiario. Es decir, si no paga la acusada lo deberá hacer, en caso de condena, este organismo público. La acusación particular reclama siete años de cárcel.

La fiscalía detalla que la acusada entre septiembre del 2014 y el 10 de abril del 2015 trabajaba como conserje en el instituto Juan Manuel Zafra, sito en la calle Rogent de Barcelona. En este centro estudiaba el alumno E. Desde que este chico tenía 15 años, la empleada del centro educativo trató de entablar relación de amistad con él mediante Facebook, "a fin de mantener relaciones sexuales", según detalla la acusación pública en el escrito remitido al juzgado que investigó el hecho. Para ello, la acusada se interesaba por su situación personal y las posibles relaciones afectivas del muchacho.

La conserje, siempre al entender de la fiscalía, aprovechó un problema judicial que el chico tenía para acercarse más a él y conseguir su confianza. La mujer le llegó a decir que estaba enamorada de él, a la vez que le daba pequeñas cantidades de dinero y le proponía tomar algo fuera del instituto o, incluso, mantener relaciones sexuales con ella. Un día le tocó los genitales por encima del pantalón cuando el chico se había quedado dormido.

La "situación de persecución", tal y como la define la acusación, continuó hasta abril del 2015, cuando el Consorci d’Educació de Barcelona, tras tener conocimiento del asunto, trasladó a la conserje como "medida cautelar" a un centro de recursos pedagógicos. El muchacho, por su parte, borró todos los contactos en redes sociales para que la acusada no pudiera seguir con su actitud. El comportamiento reiterado de la mujer para "conseguir relaciones sexuales" con el alumno, así como para ejercer un control sobre él, generó al muchacho "tartamudez en el habla, dolor de espalda y bloqueo emocional", precisando por ello de tratamiento psicológico.