Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas

2,2 millones de españoles se han fumado un porro en el último mes

El cannabis es la única droga que crece, aunque ha caído entre los menores de edad

El 10% de los chicos de 15 a 17 años se emborrachan a lo bestia una vez al mes

Una persona enciende un porro. / AP/Ermindo Armino

Las encuestas dibujan una radiografía más o menos precisa del momento. Pero tienen algo aún más valioso: la capacidad de comparar, de estudiar una evolución, de darse cuenta de que no estamos tan mal. O de que hemos ido a peor. La que analiza el consumo de alcohol y otras drogas en España resulta inquietante en cuanto al cannabis, que registra un ligero incremento a la vez que desciende la percepción de riesgo. El resto de sustancias caen o se mantienen respecto a la anterior encuesta del 2013. Y si se echa una ojeada a los registros de 1995, cuando se realizó el primer sondeo, la cosa, dentro de un orden, va en buena dirección.

La muestra de esta encuesta (22.541 cuestionarios válidos) comandada por el Ministerio de Sanidad le otorga cierta fiabilidad. El trabajo de campo se realizó entre diciembre del 2015 y mayo del 2016 y demuestra una vez más que el alcohol sigue siendo la droga más consumida por los españoles, seguido por el tabaco, los hipnosedantes y el cannabis. En cuanto a esta última, se ha registrado un pequeño repunte de 0,6 puntos porcentuales (del 6,6% al 7,3%) en el caso de los entrevistados que la habían consumido en los últimos 30 días. Esto significa que 2,2 millones de personas se han fumado al menos un porro en el último mes. También ha crecido la cifra de los que lo hacen a diario (del 1,9% al 2,1%).

ACEPTACIÓN SOCIAL

Este leve repunte se explica, en parte, por cuestiones sociológicas. De aceptación. La encuesta revela que ha bajado la percepción del riesgo respecto al cannabis (del 82,4% al 79,8%) y que ha subido el número de españoles que abogan por su legalización (del 33,1% al 37,4%), sobre todo los propios usuarios, y en especial, los que presentan un consumo problemático. También ayuda que sea de largo la droga ilegal más fácil de encontrar: el 64,3% de la población cree que daría con ella con facilidad en menos de 24 horas.

Los expertos antidrogas celebran la cancelación de Saloufest

Saloufest era un peligroso contrapunto capaz de desbaratar el impacto de las campañas de concienciación que se llevan a cabo “en colegios, clubs deportivos, entre las familias y en locales de ocio nocturno”, señala Colom, que alerta de los negativos efectos que las ingestas desmedidas de alcohol y cannabis tienen sobre el cerebro, "sobre todo en edades de maduración". "En la adolescencia, para cualquier sustancia, el consumo debe ser cero", sentencia el especialista.

Sobre el consumo de cannabis por parte de menores, un 12,6% de los jóvenes de entre 15 y 17 años aseguran haberlo probado en algún momento en el último año. Es una cifra preocupante, pero está por debajo del 14,5% de la anterior encuesta, lo que supone un notable descenso. A pesar de ello, la chavalada del cannabis dobla el registro de los mayores de 35 años consumidores (5,5%).

"Ya llevamos unos años disminuyendo el consumo de cannabis, que ha pasado del 11,4% de la población del 2003 a algo menos del 8%", destaca Joan Colom, director del Programa de Drogodependencias de la Conselleria de Salut. "Pero sigue siendo, pese a todo, una cifra elevada", constata.

En cuanto al resto de drogas, tanto las legales como las ilegales, también se percibe un recurrente descenso de uso por parte de los menores de edad. El alcohol lo habían probado el 66,2% durante el último año en la encuesta del 2013. Ese dato está ahora en el 58%. En cuanto al tabaco, entre los que todavía no pueden votar en unas elecciones se ha pasado del 28,3% al 20,6%. En el resto de drogas ilegales (cocaína, heroína, éxtasis u otras sustancias psicoactivas), el consumo se mantiene como totalmente residual y en niveles muy bajos.

BUENAS NOTICIAS

El alcohol es probablemente la sustancia que mejores noticias aporta. Más aún si se tiene en cuenta que se trata de una droga todavía 100% legal. El 9,3% de los encuestados admiten que beben a diario. Es la cifra más baja desde 1995. En el 2001 llegó a marcar el 15,7%, un 59% más que hoy. Cerveza, vino y combinados siguen siendo lo más habitual en cualquier copa o vaso. El consumo esporádico, sin embargo, sigue siendo generalizado y estable: el 62,1% ha bebido en los últimos 30 días; el 77,6%, en el último año, y el 93,5%, el algún momento de su vida. La encuesta detecta un leve descenso en cuanto a las borracheras en los pasados 12 meses (del 19,1% al 17,9%) pero registra un acusado aumento del denominado ‘binge drinking’, la ingesta de grandes cantidades de alcohol (cinco o más copas en los hombres y cuatro o más en las mujeres) en, por ejemplo, una misma noche (del 15,5% de la población al 17,9%). Esta modalidad de consumo etílico es alarmante en las franjas de edad que van de los 15 a los 17 (el 10% la han practicado en el último mes) y de los 15 a los 24 (el 30%).

"El problema sigue siendo, sin duda, el alcohol, entre otras cosas porque es un consumo muy integrado en la sociedad", lamenta inquieto el doctor Colom.

Más hipnosedantes que marihuana

El consumo de hipnosedantes ha caído en esta encuesta por primera vez desde que empezó a medirse en el 2005, pero sigue siendo la tercera droga por detrás del alcohol y el tabaco, por delante del cannabis. Esta es la única droga cuyo consumo es superior en mujeres que en hombres, y recoge todos aquellos tratamientos destinados a patologías como el trastorno del sueño o la ansiedad. No presentan riesgo alguno siempre que se tomen bajo control médico. El problema es que en la última década había crecido de manera alarmante el número de españoles que se automedicaban con estas pastillas. Todos los registros han bajado: consumo diario en los últimos 30 días (del 6,8% al 6%), en el último mes (del 8,9% al 8,1%), en los últimos 12 meses (de 12,2% a 12%) y en algún momento de la vida (del 22,2% al 18,7%). El 65% de los españoles que recurren a estas drogas son mujeres, y el 57% están en una edad entre 45 y 64 años. En números absolutos, en el 2015 consumieron hipnosedantes 3,7 millones de personas, de las cuales 775.762, según datos de Sanidad, hacen un uso problemático.