tradición polémica

Alta tensión en los últimos 'correbous' de Torroella de Montgrí

La peña San Marcos, impulsora de las vaquillas, ha contratado seguridad privada para prevenir incidentes con antitaurinos

Centenares de vecinos de una localidad jienense acudirán al espectáculo para dar su apoyo a los organizadores

Un joven corre ante una vaquilla. / PEÑA SAN MARCOS

Las vaquillas de Torroella de Montgrí del 2016 pasarán a la historia porque seguramente serán la última edición de un festejo que se celebra desde hace 37 años en esta población del Baix Empordà. Un punto y final que se prevé muy tenso y que ha activado las alarmas de ayuntamientos y de los cuerpos policiales por la posibilidad de que se puedan producir enfrentamientos entre los simpatizantes de esta tradición y los activistas del Partido Animalista (PACMA), que han anunciado que acudirán al ‘correbous’ con intención de grabarlo.

El espectáculo taurino se ha caldeado por toda la controversia política que ha rodeado su celebración y por el anuncio de que unos 200 vecinos de la localidad jienense de Beas de Segura (pueblo del que son originarias muchas familias de Torroella) acudirán este año a las vaquillas para expresar su apoyo a los organizadores y al propio festejo.

Las vaquillas de este año se llevarán a cabo muy a pesar del actual alcalde, Josep Maria Rufí (ERC), que rompió el pacto de gobierno con su antecesor, el convergente Jordi Cordon, y presentó una moción de censura contra él el pasado mes de julio después de que el dirigente de CiU hiciera oídos sordos a una moción aprobada por el pleno municipal, en el mes de mayo, en la que se declaraba a Torroella localidad libre de ‘correbous’, e hiciera prevalecer su voto de calidad como alcalde para imponer la celebración de la fiesta.

"INSULTO A LA DEMOCRACIA"

Tras acceder a la alcaldía, Rufí dejó claro que ese espectáculo no volvería a celebrarse en la localidad mientras él fuera alcalde. El PACMA, por su parte, calificó la actuación de Cordón de "insulto a la democracia" por haber desoído la votación del pleno, mientras que los organizadores de las vaquillas anunciaron que lucharán con todas sus fuerzas para que no se supriman en los próximos años.

Pendientes de Vidreres

El veto de los ‘correbous’ y a otros espectáculos en los que se utilizan animales se está imponiendo en las comarcas de Girona. El pasado mes de marzo, el pleno municipal de Roses aprobó una moción que ponía punto y final a las vaquillas y a la polémica ‘Empaitada d’Anecs’, una especie de concurso en el que un grupo de nadadores tenían que atrapar a unos patos que se habían soltado en el mar. Tres meses más tarde, el pleno municipal de Olot votó por unanimidad a favor de prohibir estos festejos. Una votación que acabó de dar legitimidad a una consulta popular que se había realizado días antes y que se había saldado con el rechazo de la mayoría de la población a este espectáculo. El actual alcade de Torroella de Montgrí también ha asegurado que los ‘correbous’ de este año serán los últimos. Un veto que será respaldado legalmente por el Parlament, ya que se ha trasladado a la Cámara la moción aprobada en ese sentido el pleno municipal. Tras todas estas prohibiciones, solo quedan en Girona los ‘correbous’ de Vidreres, cuya celebración fue aprobada en junio por el pleno municipal con un solo voto en contra (PSC). 

Así las cosas, no es de extrañar que los ‘correbous’ que se celebrarán el sábado y domingo próximos hayan originado semejante expectación. Marcos Adalid, presidente de la peña San Marcos, ha reconocido que los ánimos "están un poco caldeados" por esta situación. "Nos da un poco de miedo lo que pueda pasar, por eso hemos decidido contratar seguridad privada este año, es la primera vez que lo hacemos", ha explicado.

Los organizadores de las vaquillas han dejado claro que no dejarán entrar a los activistas del PACMA al recinto en el que se celebra el espectáculo si estos vienen con pancartas o acuden a manifestarse. "La entrada es libre y gratuita, pero nos parece muy cruel que vengan a celebrar su victoria [por haber conseguido que se prohíban en años venideros] al mismo recinto donde se celebran las vaquillas", ha destacado Adalid.

CUMPLIMIENTO DE LA NORMATIVA

En los años anteriores, se calcula que unas 2.000 personas acudían a ver los ‘correbous’, una cifra que en esta edición seguramente se superará con creces. Pilar Ferrándiz, coordinadora del PACMA en Girona, ha confirmado que varios activistas del partido acudirán el sábado a las vaquillas para grabarlas, con el fin de comprobar que los participantes y los organizadores respetan la normativa que regula estos espectáculos.

“No vamos a manifestarnos, ni acudimos con ánimo de provocar o de participar en una batalla campal. Si se pone complicado, nos iremos y ya está”, ha explicado Ferrándiz, que ha afirmado que su partido acude con un sentimiento contradictorio. "Estamos disgustados porque se celebran las vaquillas a pesar de la moción aprobada por el pleno, pero también contentos porque sabemos que serán las últimas", ha dicho.

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