REPERCUSIONES DE LA ALERTA POLICIAL

Alerta en el Empordà por la caída de visitantes franceses a causa de los controles en la frontera

Comercios y restaurantes del norte de Girona han perdido el 30% de clientes del país vecino desde los atentados de París

El Consell Comarcal convoca una reunión con otras administraciones para intentar solucionar el problema

Control policial en la frontera de La Jonquera, tras los atentados de París. / JOAN CASTRO

Tras los atentados de París del pasado mes de noviembre, la frontera francesa se ha convertido en un embudo debido a los férreos controles que ha desplegado la policía francesa. El tratado de Schengen, que permitía la libre circulación de personas entre ambos países, ha volado por los aires por culpa del miedo al terrorismo, lo que ha provocado que muchos franceses que visitaban asiduamente las comarcas de Girona se lo piensen dos veces a la hora de cruzar la línea divisoria debido a las retenciones de tráfico que en ocasiones colapsan la autopista AP-7. Una de las peores tuvo lugar el pasado 2 de enero, con una cola de vehículos de 18 kilómetros.

Las retenciones  son habituales en la AP-7 y a principios de enero se registró una cola de 18 kilómetros

Este grave inconveniente ha hecho caer en picado el número de visitantes del país vecino en el Alt Empordà y en los últimos meses, con campaña de Navidad incluida, los comerciantes de La Jonquera y Figueres han registrado un descenso de clientes franceses que ronda el 30%. Una merma de ingresos que pone en dificultades a numerosos empresarios del comercio y de la hostelería, ya que en muchos de estos establecimientos esos turistas suponen un gran porcentaje de las ventas.

SEMANA SANTA

Los sectores afectados por el blindaje fronterizo han puesto el grito en el cielo y han pedido la ayuda de la Administración. Una alarma a la que también se ha sumado el sector del turismo, consciente de que la Semana Santa está a caer, y con ella el inicio de la temporada. Además, todo apunta a que los controles seguirán durante muchos meses, ya que entre el 10 de junio y el 10 de julio próximos se disputa la Eurocopa de fútbol en Francia.

Los empresarios  temen que la vigilancia afecte a la temporada turística y piden una reunión con el cónsul

Ante esta situación, el Consell Comarcal del Alt Empordà ha convocado una reunión extraordinaria el próximo jueves, a la que están convocados todos los sectores afectados, así como representantes de las distintas administraciones. "Se trata de reunir a todos los agentes que sufren las consecuencias de la suspensión de Schengen para estudiar qué medidas se pueden llevar a cabo para reducir los efectos de los controles en el comercio y la hostelería", ha explicado Ferran Roquer, presidente de la institución comarcal.

Roquer reconoce que la seguridad de Francia se halla "en una situación delicada" después de los atentados de París. Por eso insiste en que la reunión no se convoca con la intención de decirles a los franceses "cómo tienen que vigilar sus fronteras", sino que lo que se busca es "implementar medidas para mejorar la fluidez”.

CONEXIÓN CON EUROPA

París ha aceptado  trasladar los controles al peaje de Le Bolou, en territorio francés

Miquel Gotanegra, presidente de la Associació de Càmpings de les Comarques de Girona, hace hincapié en que la frontera con Francia "no solo es la frontera con ese país, sino que es una de las principales conexiones con Europa". Gotanegra, que también es vicepresidente de la Foeg (la principal organización empresarial de Girona), ha explicado que han solicitado una reunión con el cónsul francés para tratar este asunto. Quieren que se mejore el dispositivo de vigilancia, porque consideran que no es lógico que en una autopista internacional de tres y cuatro carriles se pase de golpe a un solo vial para pasar los controles. "Nosotros todavía no hemos empezado la temporada, pero veremos qué pasa en Semana Santa", avisa el empresario.

En Lleida el bloqueo por la masacre duró un mes

La situación en la provincia de Lleida es bien distinta. Los controles policiales en la frontera no se han visto intensificados, por lo que los comercios no han notado ninguna disminución de clientes ni de visitantes. "Tras los atentados de París, los comercios de la zona pasaron un mes muy crítico", apunta Amador Marqués, alcalde de Bossòst (Vall d'Aran). "Los controles se intensificaron y los visitantes tenían que soportar largas colas", recuerda. Tras la masacre se decretó el estado de emergencia y se cerró la frontera del Portilhon, el paso que comunica Luchon (Francia) con ese municipio aranés. Pero, a día de hoy, reina la calma. "La cantidad de franceses que se desplazan para comprar en Girona y en Lleida es incomparable. Y más en esta época del año", destaca Juan Antonio Serrano, presidente de la Associació d'Hostalaria de Lleida. LAURA BIELA

El delegado del Govern en Girona, Eudald Casadesús, detalla que han mantenido diversas reuniones con las autoridades francesas para debatir ese asunto. En los encuentros, en los que participan el subdelegado del Gobierno en Girona y mandos de Policía Nacional, Guardia Civil y Mossos, les han trasladado algunas medidas propuestas por el Servei Català de Trànsit para que las afectaciones sean menores.

Una de las principales, y que será aplicada en breve porque ya ha sido aprobada por París, es que los controles se realicen en Le Bolou (El Voló, en territorio francés) y no en La Jonquera. "Allí la autopista se ensancha a la altura del peaje y es más fácil abrir dos carriles para llevar a cabo las inspecciones, uno para los vehículos y otro para los camiones", afirma Casadesús.

El delegado del Govern considera que la iniciativa puede ayudar a disminuir las colas y apaciguar la preocupación de los empresarios. "Todas las fuerzas policiales y las instituciones hemos trasladado a las autoridades francesas esta inquietud, porque, además, nos tememos que los controles se alargarán al menos hasta julio", ha reconocido.