Excursiones escolares pagadas a plazos

La pobreza infantil castiga a casi el 33% de la población menor de 18 años en Catalunya

Unos padres despiden a sus hijos ante el autocar que les lleva a una excursión escolar. / ALBERT BERTRAN

Karen paga las excursiones escolares de sus hijos a plazos. La niña, la pequeña, va a la piscina cada semana porque el precio del curso de natación entra dentro de las actividades pagadas por el colegio. El fútbol del niño, que ahora tiene 10 años, lo costea ella como buenamente puede "y sus clases de refuerzo, tres veces a la semana, las asume Save the Children", explica. Así trata Karen de que sus hijos no pasen estrecheces, "que no sientan que ellos no pueden hacer las mismas cosas que sus compañeros de clase". De momento, admite, lo va consiguiendo. "Les veo felices", afirma sin poder ocultar una pizca de satisfacción. 

Los dos últimos años, desde que se separó, han sido muy duros para esta hondureña de 33 años. "Me vi durmiendo en el suelo, con mi hijo entre mis brazos", rememora. Los niños, en esos meses tan difíciles, comían en el colegio, con una beca de comedor, y para el resto de las comidas, a Karen le tocaba hacer cola para recoger un lote en el Banco de Alimentos. "He sido cuidadora de ancianos, he limpiado casas... Todo bajo mano, porque hasta hace poco no tenía papeles", confiesa. 

"Lo último que deseo "Lo último que deseo es que mis hijos sientan que no pueden hacer las mismas cosas que los compañeros de clase"

La pobreza infantil, que afecta a 32,9% de menores de 18 años en Catalunya, según la última encuesta de condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), tiene un impacto directo en la escuela, que es el lugar donde los niños pasan buena parte de su jornada. "Cuando la pobreza aumenta también aumenta la fractura educativa y los niños de familias con un nivel socioeconómico bajo, que viven en zonas donde hay más desventaja social, tienen más probabilidades de convertirse en absentistas escolares o de abandonar los estudios sin acabarlos", alerta Guiomar Todó, responsable en Catalunya de la oenegé Save the Children. 

REVISAR LAS BECAS 

Por eso, agrega Todó, es tan importante que se introduzcan cambios en las políticas públicas que prevean, por ejemplo, "una simplificación o unificación del sistema de becas o que se consideren obligatorias actividades como las excursiones escolares, de modo que estas puedan ser financiadas por las administraciones"."Cualquier ayuda requiere de un trámite farragoso, falta información y, muchas veces, los plazos expiran sin que te dés cuenta", lamenta Karen.

Ella ha aprendido a convivir con la incertidumbre. Y aunque desde hace un mes tiene por fin un contrato laboral y eso le ha permitido regularizar su situación, sigue diciendo a sus hijos que "lo primero es comer y lo segundo, tener una casa". Es muy duro, cuenta, "tener que negarles los zapatos que les gustan o explicarles que no habrá juguetes para el cumpleaños", admite. Ahora, por primera vez en los últimos años, Karen empieza a hacer planes. "Las cosas van cambiando, poco a poco, pero cambian: tengo un trabajo algo más estable y estoy planeando trasladarme de casa, porque no cabemos donde estamos ahora", explica contenta.