Más de la mitad de los menores tutelados de Catalunya no superan la ESO

A los 15 años, solo el 32% de estos jóvenes están en el curso que les corresponde

El colectivo falta hasta tres días a la semana a clase porque tiene que recibir visitas de la familia y acudir a especialistas

Centro de menores tutelados Sant Jordi, en Mataró. / RICARD CUGAT

El 52% de los menores tutelados en Catalunya cuelgan los estudios antes de acabar la enseñanza secundaria obligatoria (ESO). Se trata de un porcentaje que triplica al del resto de la población escolar. Los datos, procedentes de distintas entidades y expertos, los ha recopilado el Institut de Treball Social i de Serveis Socials (Intress), que los ha presentado el martes en Barcelona. Estos menores han estado, en algún momento de su infancia, en acogimiento familiar o viviendo en centros bajo el paraguas del sistema público de protección social. En Catalunya hay 7.000 chavales en estas circunstancias.

La situación personal de los jóvenes tutelados incide en su rendimiento escolar hasta el punto de que únicamente el 32% están en el curso que les correspondería a los 15 años, frente al 73,6% del resto de escolares. La brecha curricular se ensancha a medida que aumenta la edad. Solo 1 de cada 10 chicos tutelados llega a la universidad, mientras que del colectivo no tutelado acceden 6 de cada 10 estudiantes.

FALTAS DE ASISTENCIA

200 jóvenes buscan familia en Catalunya

En Catalunya hay 7.000 menores tutelados, de los que el 41% viven en régimen de acogimiento familiar. La asociación Intress hace un llamamiento a los ciudadanos para que acojan a estos niños, ya que ahora mismo hay 200 que están esperando una familia de acogida. Mientras tanto viven en centros de la Generalitat. En España hay actualmente 34.000 menores tutelados, lo que "equivale a toda la población de menores de una ciudad como Palma de Mallorca", explica Javier Martínez, director general de la asociación Intress. 

Una de las razones que influyen en su formación se debe a que estos menores faltan a clase "hasta dos o tres días por semana", según afirmó la directora de Infancia de Intress, Pilar Núñez, porque debido a sus vivencias emocionales deben recibir atención suplementaria como acudir al psicólogo o al logopeda, así como recibir las visitas de sus padres, tiempo que si están separados se duplica, y también reunirse con los abuelos, que también tienen derecho a visitarles. "Hay que reorientar este sistema y cambiar todos los servicios de ayuda para que no coincidan con el horario escolar", propone Núñez. 

La dirección general de Atenció a la Infància i Adolèscencia de la Generalitat (DGAIA) trabaja, según la entidad Intress, para que el régimen de visitas de la familias sea fuera del horario escolar, es decir, por las tardes o en fin de semana.

La entidad defiende la aplicación en España de propuestas que existen en otros países y que han resultado un éxito para aumentar el rendimiento escolar. Una de ellas es el sistema Ikamva Youth, que funciona en Sudáfrica y que ofrece apoyo tutorial extraescolar y orientación profesional a jóvenes de las periferias urbanas. También destaca el proyecto Spark, de Estados Unidos, que facilita a los estudiantes de secundaria en riesgo de abandono escolar "una experiencia de aprendizaje personalizada, divertida y diferente en un entorno laboral que les permite desarrollar habilidades y apreciar la relevancia de la educación".  

La falta de asistencia en las aulas no es la única explicación de este fracaso escolar. También tienen una importante incidencia, según la asociación, otros factores como los problemas psicólogos que han vivido los menores, la falta de servicios sociales de la Administración y la escasa preparación especialización de los colegios para atender sus necesidades. Núñez afirmó que en "colegios e institutos se deben realizar proyectos curriculares que se adapten a cada realidad".