Los obispos tienen la obligación de denunciar ante las autoridades civiles los casos de abusos sexuales cometidos por religiosos. Se trata de "una responsabilidad moral y ética". Saliendo al paso de algunos artículos de la prensa anglosajona y de las declaraciones de algunos eclesiásticos en conferencias públicas, el Vaticano ha puntualizado que la denuncia es obligatoria.

El cardenal Sean O’Malley, presidente de la comisión para la tutela de menores, puesta en marcha por el papa Francisco, ha emitido una declaración firmada por todos los miembros de la institución, en la que se manifiesta: "Deseamos afirmar que nuestras obligaciones respecto al derecho civil tienen que ser ciertamente respetadas, [y] que más allá de tales vínculos, todos tenemos la responsabilidad moral y ética de denunciar los presuntos abusos a las autoridades civiles, que tienen la tarea de proteger a nuestra sociedad".

La declaración, difundida por el Vaticano, añade que "tal como ha reafirmado claramente el papa Francisco los crímenes y pecados de los abusos sexuales sobre menores no deben ser mantenidos en secreto nunca más". Con este objetivo, la comisión "garantiza la vigilancia de la Iglesia y la promesa de una plena responsabilidad de todos", para lo que organiza cursos regulares sobre la cuestión destinados a obispos veteranos y nuevos purpurados .

La fuente que ha desencadenado una supuesta ambigüedad vaticana, gracias al eco dado al tema por el diario 'The Guardian', ha siudo Tony Anatrella, un jesuita experto en psiquatría y psicología que en un curso dirigido a los obispos descartaba la obligación de la denuncia civil. "No se trata de ninguna manera de un nuevo documento o guía para los obispos y no hay nada nuevo ni diferente de cuanto han dicho hasta aquí las instituciones eclesiásticas competentes", se afirma en una nota del portavoz papal, Federico Lombardi, quien se encuentra acompañando al Papa en su viaje a México.