LOS RECURSOS HÍDRICOS

Sequía amenazadora

Gran parte de Catalunya acumula un año con precipitaciones por debajo de la media y tres últimos meses con una aridez casi absoluta

Las reservas acumuladas los embalses de las cuencas internas garantizan el abastecimiento humano durante al menos un año

El pantano de Baells, en el Berguedà. / MARC VILA

Numerosos durillos, retamas, madroños, aladiernos y otros arbustos característicos de las sierras mediterráneas presentan estos días un aspecto moribundo y se quiebran con facilidad. Era de esperar: después de tres meses de sequía casi absoluta y un año entero con precipitaciones por debajo de la media, la supervivencia no es fácil ni para especies tan habituadas al estrés hídrico. Ya no quedan apenas reservas de agua en el suelo. La situación en buena parte de Catalunya empieza a ser preocupante.

Durante esta semana, los Agentes Rurales del Departament d'Agricultura de la Generalitat han recogido diversas muestras de vegetación para analizar su grado de humedad. Y aunque los resultados aún no están disponibles, todo indica que "se encuentran muy por debajo de lo que sería recomendable", resume Xavier Castro, jefe de inspección de Prevención de Incendios Forestales. Lo anómalo no es la sequía del invierno, algo habitual por estas lares, sino el déficit acumulado en el otoño. "Si las cosas no cambian y llega viento -advierte-, podemos tener un problema. Estamos preocupados, sí, porque es en esa vegetación arbustiva seca en donde empiezan los incendios". 

"Estamos preocupados. Si no llueve y llega viento, "Estamos preocupados. Si no llueve y llega viento, podemos tener un problema de incendios", advierten los Agentes Rurales

Según el Servei Meteorològic (SMC-Meteocat), en los últimos 12 meses ha llovido en buena parte de Catalunya entre el 50% y el 70% de la media de las últimas décadas, equivalente a menos de 400 litros por metro cuadrado, valores similares o incluso inferiores a los alcanzados en los peores años de la gran sequía de la pasada década. Y a corto plazo plazo la situación no va a cambiar porque un anticiclón anclado en el Mediterráneo está frenando la llegada de las perturbaciones atlánticas que han dejado lluvias generosas en Galicia, Asturias o Extremadura.

En la ciudad de Barcelona no llueve al menos un litro por metro cuadrado  desde principios de noviembre

El Observatorio Fabra de Barcelona, que en el 2015 registró el año más seco de toda su serie centenaria con 345,8 litros por metro cuadrado, muy lejos de la media anual de 618, ofrece otro dato esclarecedor: se encuentra a punto de batir la racha más larga de días sin lluvia apreciable (al menos un litro) porque no llueve desde el 3 de noviembre, ya muy cerca de los 85 días seguidos de sequía en el verano de 1928. El Meteocat destaca también como registros "excepcionalmente bajos", entre otros, los 165 litros por metro cuadrados recogidos en todo el 2015 en Castellnou de Seana, menos que en Almería, así como cantidades inferiores a los 300 en buena parte del Pla de Lleida y puntos del Vallès Occidental y el Bages. 

Los embalses de las cuencas internas  tienen sus reservas al 73%. Se gasta menos agua y se gestiona mejor

LA PARADOJA DE LOS EMBALSES

Pese a ello, los embalses de las cuencas internas de Catalunya acumulan en estos momentos 440 hectómetros cúbicos de agua, equivalente al 73% de su capacidad máxima, lo que garantiza el abastecimiento humano durante al menos un año. Enrique Velasco, jefe del Departamento de Gestión de los Recursos Hídricos de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), atribuye esta situación sorprendente a varios factores. Lo primero que debe tenerse en cuenta es que las cabeceras de los ríos Ter y Llobregat han quedado un poco al margen de lo peor. “También allí ha llovido menos, pero el 95% de la media”, dice Velasco. El especialista recuerda asimismo que el consumo se ha reducido en los últimos años “porque, además del aumento del precio, las pasadas sequías sirvieron para que la gente tomara conciencia de que el agua es un bien escaso”. Barcelona, por ejemplo, tiene en la actualidad uno de los menores consumos per cápita entre las grandes ciudades europeas. Finalmente, Velasco comenta que la gestión también es ahora más eficiente: “Nos coordinamos mejor para no perder agua, y siempre manteniendo el caudal ambiental”.

En opinión de Velasco, el momento crítico será en primavera, una época tradicional de lluvias, porque a partir de entonces el consumo se dispara debido a las actividades agrícolas, el turismo y la mayor evaporación de los recursos por efecto del calor. “En invierno ya es habitual que no llueva mucho. El problema viene de antes”, insiste el especialista de la ACA

Narcís Prat, catedrático de Ecología de la Universitat de Barcelona (UB), considera que Catalunya está ahora muchísimo mejor preparada que hace una década para resistir una sequía gracias, entre otros factores, a la construcción de la desalinizadora del Llobregat, el control de los pozos de extracción y algunas conexiones como la de la Fontsanta, pero cree que se debería ir aún más lejos. Prat lamenta el actual sistema tarifario del agua, "con unos mínimos tan altos que no invitan a ahorrar", así como las carencias en sectores como la reutilización de las aguas residuales o el uso de depósitos pluviales.

En el caso de los bosques, Castro explica que serían necesarias varias semanas con lluvia. "Los bosques viven de la regularidad. Y lo único que hemos tenido desde hace muchos meses fue un episodio muy intenso a principios de noviembre". Hay muchos árboles que crecen en terrenos escarpados con poco suelo y cuya superviviencia depende exclusivamente de esa continuidad en las precipitaciones. "Tal y como tenemos la vegetación, cualquier viento puede hacer daño, especialmente cuando empiece a aumentar la radiación. La situación no pinta bien", añade el responsable de los Agentes Rurales. "Pese a todo, la tendencia de los últimos años muestra que el número de siniestros está bajando -insiste esperanzado-. La gente ha tomado conciencia del problema.

Aunque los resultados deben observarse con cautela, las previsiones estacionales no son precisamente halagüeñas. Según la NOAA, la administración de la atmósfera y los océanos de EEUU, en toda la península Ibérica se esperan precipitaciones inferiores a la media durante la primera mitad del año. El modelo de cálculo de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) muestra unas lluvias en el promedio histórico pero una temperatura ligeramente superior, lo que también puede traducirse en una mayor demanda de agua.

La desalinizadora del Llobregat, un seguro en la recámara

Fruto de la última crisis, Catalunya tiene ahora en la recámara el seguro de la desalinizadora del Llobregat, que a pleno rendimiento podría suministrar 60 hectómetros anuales en un año. Por motivos de costes energéticos, ahora funciona a un ritmo “de entre el 20% y el 30% de su capacidad, pero está en disposición de aumentar rápido si fuera necesario”, afirma Enrique Velasco. Con los embalses por encima del 75%, su producción se reduce. “Si gastamos y luego se llenan los embalses, no habrá valido la pena. Hay que regular”, añade.

Purines y usos recreativos de los embalses

La Agència Catalana de l'Aigua (ACA), depentiente del Departament de Territori, tiene dos grandes objetivos para la próxima legislatura, según ha explicado su director, Jordi Agustí. Por una parte, resolver de una vez por todas al problema de los vertidos de purines, las deyecciones ganaderas que contaminan los acuíferos; por otra, poner en marcha el plan de usos de las cuencas internas, incluyendo la apertura de los embalses al aprovechamiento lúdido, turístico y deportivo de los municipios ribereños, "siempre que se preserve la calidad ambiental". 

Temas

Sequía