VIOLENCIA MACHISTA

El héroe misterioso de Salt

La mujer que estuvo a punto de morir en el incendio provocado por su marido fue rescatada por un desconocido

El hombre, joven y de origen magrebí, según la víctima, no fue visto por ningún vecino y desapareció sin dejar rastro

 Los bomberos inspeccionan el piso incendiado en Salt, este lunes / FERRAN COSCULLUELA

Antonia asegura que un hombre desconocido la salvó 'in extremis' de morir quemada la tarde del 1 de enero, cuando su domicilio ardía y ella se encontraba aprisionada en una hoguera preparada por su marido, Nabil. Pero ese ángel de la guarda, en cuanto la liberó, se esfumó sin dejar rastro. Conocer al héroe en esta historia es una pieza que falta en el rompecabezas del incendio de Salt

En la discusión que precedió al incendio, la víctima ha explicado a los investigadores que Nabil terminó volcándole un armario por encima, que le atrapó la pierna. Cuando se dio cuenta de que no tenía escapatoria, formó una pira amontonando ropa y un colchón junto a ella. Mientras, entonaba cánticos y se reía, prendió fuego a la hoguera. Después, la abandonó a su suerte y salió del domicilio. Este relato de los hechos por parte de Antonia en el Juzgado de Guardia de Girona sirvió el domingo para que el magistrado decretara prisión preventiva y sin fianza para Nabil.

LA INVESTIGACIÓN POLICIAL

La investigación de los Mossos d’Esquadra ha hallado indicios que sustentan la decisión del juez. Aunque de entrada los policías optaron por detener al marido considerándole únicamente autor de un incendio provocado, al día siguiente, tras reunir más pruebas, también añadieron a los cargos el delito de homicidio en grado de tentativa

Existen otros dos elementos que respaldan a Antonia. El primero es que ya denunció a Nabil por malos tratos hace medio año y se dictó una orden de protección para ella. Durante el juicio, sin embargo, se acogió a su derecho de no declarar contra su marido y este salió absuelto por falta de pruebas concluyentes. Se reconciliaron y siguieron juntos. Se quedó embarazada de él poco después y ahora está de cinco meses.

El segundo son las heridas que presentaba la mujer: tenía los labios ensangrentados, algo que percibió enseguida la policía local de Salt, y en la revisión médica posterior en el Hospital Josep Trueta de Girona le hallaron moratones en la pierna herida, compatibles con la presión ejercida sobre la extremidad por el armario, y en la zona torácica. Antonia declaró que estas últimas marcas se debían a patadas que Nabil le propinó cuando se encontraba indefensa, en el suelo.

LA VERSIÓN DE NABIL

El domingo, el día de los hechos, Nabil aseguró a las dotaciones desplazadas a la zona que la ignición había sido causada por un cortocircuito producido en el comedor. Sin embargo, ante el juez se olvidó del incidente eléctrico y declaró que en realidad fue Antonia quien provocó el fuego deliberadamente. Remarcó, además, que al descubrir el fuego, fue en busca de un vecino y que él mismo trató de sacar a su mujer del domicilio para salvarla.

EN BUSCA DEL HÉROE

Al 'puzzle' de este caso, si miente Nabil, aparentemente sólo le falta una pieza para quedar completado: encontrar al héroe de la historia, el desconocido que entró en el domicilio desafiando a las llamas, cuando el marido había huído, e intervino milagrosamente para liberar a Antonia de una muerte casi segura en la hoguera prendida por su maltratador. Pero ninguno de los vecinos que presenciaron el incendio vio allí al joven "alto" de "rasgos magrebís" y "con el pelo rizado y negro" que ella describe.

Paradójicamente, quien sí admite que vio a Antonia acompañada de un joven "marroquí" en el rellano, al huir de las llamas, es el propio Nabil, que coincide en afirmar que tenía "el pelo rizado y negro". Ni los Mossos ni el juez dudan de su existencia y atribuyen el hecho de que siga en el anonimato a la voluntad de evitar cualquier enfrentamiento con miembros de su comunidad.

La mayoría de los vecinos, durante el incendio, salieron corriendo en estampida huyendo del fuego. Para salir al exterior tuvieron que aventurarse por una escalera en la que la visibilidad era escasa debido a la densa humareda que se había acumulado. Esta confusión pudo ayudar a proteger la identidad del supuesto héroe. Por eso, cuando se les pregunta quién fue la persona que ayudó a su vecina, todos señalan al vecino de origen magrebí que vive en los bajos 2ª, cuya puerta está enfrente del piso quemado, situado en los bajos 3ª.   

UN TESTIGO CLAVE

Ese hombre se llama Mohamed Ahkitihal, tiene 38 años y es padre de tres hijos. Es más bien bajo, con algo de barriga y lleva el pelo muy corto. Además, conoce perfectamente a la pareja que vive en el piso afectado y Antonia mantiene que su salvador era alguien desconocido. Como el resto de sus vecinos, Mohamed tampoco vio al misterioso héroe y su versión no coincide con la de la víctima.

"Cuando llegué a casa vi que salía mucho humo de una de las habitaciones del piso de mis vecinos. La ventana del dormitorio (donde se inició el fuego) estaba abierta, pero el resto no, por eso rompí los cristales del resto de ventanas, para que saliera el humo y ellos pudieran respirar", recuerda.

Posteriormente, Mohamed aporreando la puerta llamó a su vecino "¡Nabil, Nabil!", hasta que consiguió que este le abriera. "Lo primero que hizo fue preguntarme por su mujer: '¿Dónde está Antonia?' Y los dos intentamos adentrarnos en su casa para buscarla, pero solo conseguimos avanzar unos metros, porque todo estaba lleno de humo y no se veía nada", relata.

GATO MUERTO

Nabil y Mohamed volvieron a salir al rellano y el primero le pidió que le trajera cubos de agua de su casa con el fin de intentar sofocar las llamas. Así lo hizo y durante un rato arrojaron varios cubos contra las llamas desde las ventanas que dan a la calle. "Una de las veces que fui a llenar los cubos me encontré a Antonia junto a la puerta. Había salido del piso, tenía la cara ennegrecida, pero no había nadie más con ella, solo Nabil", afirma.

A Mohamed no le cuadra la versión de Antonia y tampoco entiende que el día posterior al incendio le explicara a él y a otra vecina, Fátima, que vive en el cuarto piso, que el fuego se había iniciado a causa de un cortocircuito en una bombilla y que luego dijera que en realidad lo había provocado su marido.

"Yo estoy dispuesto a explicar lo que vi a los Mossos y al juez, no tengo nada que esconder", insiste Mohamed, que no ha querido entrar en la casa destruida de sus vecinos, con lo que se ha evitado darse de bruces con la única víctima mortal del siniestro: el gato encontrado por los bomberos cuando fueron a inspeccionar la casa.