ALERTA DEMOGRÁFICA

Las muertes superan a los nacimientos en España por vez primera desde 1999

Entre los pasados enero y junio se registraron 19.268 defunciones más que alumbramientos

Catalunya mantuvo un crecimiento vegativo positivo pero solo de 252 habitantes

Cementerio / JOAN PUIG

Algún día tenía que llegar. El bajo índice de natalidad asociado al envejecimiento de la población y al retorno de los inmigrantes ha provocado que, por vez primera desde 1999, un semestre, el primero de este año, se haya cerrado con un crecimiento vegetativo negativo. El número de defunciones superó en 19.268 el de nacimientos entre los pasados meses de enero y junio, según los datos hechos públicos este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El instituto advierte de que el histórico dato no presupone que el año vaya a cerrarse también con guarismos negativos porque el primer semestre siempre registra una “mayor mortalidad y una menor natalidad” que el segundo. El factor decisivo para que la cifra haya sido negativa entre enero y junio no ha sido la caída de los nacimientos, que han pasado de 208.375 a 206.656, sino el fuerte incremento de las muertes. 

Las claves de la noticia

  • Alta longevidad  La esperanza de vida no ha parado de crecer en España hasta alcanzar los 82,87 años. En 20 años ha aumentado en 4,86 años. Este factor ralentiza el aumento de las defunciones causado por el envejecimiento de la población.  
  • Bajísima fertilidad  Con una tasa de 1,32 hijos por mujer en edad de procrear, España ocupa la plaza 192 en todo mundo. Los países con índices parecidos son Portugal (1,21), Grecia (1,3) e Italia (1,39). Es el factor que más contribuye a la caída de nacimientos. 
  • Saldo migratorio  Al crecimiento vegetativo negativo se le suma en España un saldo migratorio también negativo desde que comenzó la crisis. En el 2014 se fueron 102.309 personas más de las que llegaron.
  • Huida de jóvenes  Lo más grave del saldo migratorio es que no solo los extranjeros regresan a su país de origen sino que emigran los españoles más jóvenes. En el 2014 partieron 78.785 españoles, de los cuales 50.249 eran nacidos en España.  

Los fallecimientos han aumentado de 204.464 a 225.924 respecto al mismo semestre del 2014. Un repunte muy intenso que la demógrafa Anna Cabré atribuye a la virulencia de la gripe registrada el invierno pasado. "Los años en los que el virus de la gripe muta y convierte en ineficaces las vacunas, se observa siempre un aumento de las muertes hacia febrero y marzo", recuerda la experta. La vacuna no tuvo ningún efecto en el 48% de quienes la recibieron, según reconocieron las autoridades sanitarias catalanas en su momento.

Aunque quizás el momento del 'sorpaso' se haya adelantado por este factor sanitario, la tendencia hacia el crecimiento negativo es clara. Si se observa la evolución de los últimos años se comprueba que la diferencia entre nacimientos y defunciones no ha dejado de bajar desde el 2008. Si en el 2010 era de 104.528, dos años después había bajado a más de la mitad, 51.698, y en el 2014 se cerraba con 31.765. De seguir esta progresión, el 2015 podría acabar con un balance aún positivo, pero mínimo, y el 2016 quedarse ya en negativo.

MADRID ENCABEZA EL SALDO POSITIVO

Catalunya es de las pocas comunidades donde el 'sorpaso' aún no se ha producido, aunque parece a la vuelta de la esquina. Su crecimiento vegetativo ha sido solo de 252 habitantes más. Muy lejos de la comunidad con más vitalidad demográfica, Madrid, cuyo saldo es positivo y alcanza las 7.863 personas, aunque también lejos de la autonomía con peores datos, Castilla León (-7.863). 

Un reciente informe del Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat) ya alertaba de que Catalunya registrará en el 2016 más defunciones (62.955, según la previsión) que nacimientos (61.815), arrojando una dinámica de crecimiento natural de signo negativo (-1.140) por vez primera en siglos si no se contabilizan los periodos de guerras y remotas plagas.

El informe del INE sobre el movimiento natural de población correspondiente al 2014 ya advertía de que el número medio de hijos por mujer fue del 1,32, muy alejado del mínimo de 2,1 que garantizarían el reemplazo generacional y una pirámide de población estable. El problema se ha agravado desde el inicio de la crisis por la vuelta a sus países de origen de población joven en edad de procrear. La última vez que se produjo una caída, en 1999, coincidió con el último año antes de que empezara la gran oleada migratoria que elevó la población española en casi seis millones de personas. 

LOS ESTÍMULOS A LA NATALIDAD 

Las españolas son las europeas que más tarde tienen hijos y las terceras que menos tienen. En el 2050, si nada cambia, la población en edad de jubilación habrá duplicado al número de menores de 15 años y en el 2080 se habrá alcanzado uno de los escenarios más temidos por los sociólogos: la inversión de la pirámide poblacional.

La falta de estímulos a la natalidad, agravada por los efectos negativos de la crisis en las familias, es la principal causa del problema. Este ha sido reconocido por expertos y partidos políticos, sin que los sucesivos gobiernos hayan aportado soluciones relevantes. El Instituto de Política Familiar (IPF) ha señalado este miércoles que cada año deberían nacer en España 260.000 niños más para combatir el crecimiento negativo. Su presidente, Eduardo Hertfelder, ha culpado especialmente al "abandono de las administraciones, que acumulan 35 años de desprotección a la familia".