Los responsables del museo de la Retirada ocultaban un enorme arsenal en sus viviendas

La mayoría de las armas incautadas en Camprodon no estaban inutilizadas y las granadas y proyectiles de artillería corrían peligro de estallar

Algunas de las armas incautadas a los responsables del museo de la Retirada de Camprodon / JOAN CASTRO / ICONNA

37 armas de guerra, 10 armas con dispositivo ametrallador, 95 pistolas, 30 revólveres, 97 granadas de mano, 50 proyectiles de artillería y más de 12.000 cartuchos. Estas son algunas de las armas y explosivos que la Guardia  Civil encontró el pasado lunes en las viviendas de Alexandre Cuadrado Lluís Bassaganya, responsables del museo de la Retirada de Camprodon (Ripollès) y que hoy jueves han sido expuestas ante los medios de comunicación por los responsables de la Benemérita.

Todo el armamento, los explosivos y la munición incautados han sido encontrados en las viviendas particulares de los responsables del museo y no en la sala donde se exhibían las armas y pertrechos procedentes de la huida de los militares republicanos. “De la sala en la que había la exposición solo nos hemos incautado de dos armas de guerra (un fusil ametrallador y un subfusil) y de unas granadas de mano que estaban desactivadas pero que podían volverse a reutilizar”, ha precisado el teniente coronel de la Guardia Civil Jorge Cumba.

Una sala privada

El museu de la Retirada de Camprodon no es un museo oficial ni tiene ninguna vinculación con el ayuntamiento de esa población. Se trata de una sala de exhibición privada que fue abierta al público gratuitamente hace siete años por Alexandre Cuadrado y Lluís Bassaaganya para mostrar la gran cantidad de armas, explosivos, munición y otros pertrechos abandonados por el Ejército republicano durante su huida a Francia tras la guerra civil, y que  ellos habían hallado en los últimos 20 años en los alrededores de Camprodon. La muestra había sido visitada por muchas personas durante todo ese tiempo e incluso habían acudido grupos de escolares a verla, sin saber que a pocos metros, en los sótanos de la vivienda continua (anexa a la sala de exhibición), se acumulaban un gran número de explosivos que corrían el peligro de estallar debido a su degradación. Los responsables de la sala, que han preferido no hacer declaraciones a la espera de comparecer ante el juez, han explicado que no saben si volverán a abrir la exposición al público. "Es algo que tenemos que estudiar con nuestro abogado", han precisado. 

El mando de la Benemérita ha explicado que la mayoría de los explosivos (granadas de mano y proyectiles de artillería) estaban en la vivienda de Alexandre Cuadrado y en los sótanos de la misma, situados junto a la sala de exhibción, y a tan solo unos metros de la calle. “Estos explosivos eran un peligro para la población, porque debido a su antigüedad y degradación eran altamente inestables y podían estallar en cualquier momento. Además, también había granadas de mano que carecían de las anillas de seguridad”, ha añadido el teniente coronel.

Armamento comprado

Gran parte del armamento encontrado había sido adquirido por Cuadrado y Bassaganya a redes de tráfico ilegal de armas y no habían sido encontrados en los alrededores de Camprodon, fruto de los pertrechos que los republicanos abandonaron antes de huir a Francia al final de la guerra civil, como sí era la mayoría del armamento expuesto en el museo. “Hay armas con el número de serie borrado, pistolas de la Alemania nazi, fusiles de francotirador de fabricación soviética utilizados durante la batalla de Satalingrado e incluso el tipo de pistolas que habitualmente utilizaba ETA”, ha comentado el mando de la Guardia Civil.

Los especialistas del instituto armado procederán a partir de ahora a analizar todo el armamento incautado para averiguar si alguna de estas armas se ha utilizado en alguna actividad delictiva antes de ser adquiridas por Cuadrado y Bassaganya. La Guardia Civil descarta que los dos responsables del museo tuvieran alguna relación con la venta de armas o con actividades delictivas y solo les acusa de sendos delitos de depósito de armas y munición, por lo que deberán declarar ante el juez del juzgado de Instrucción número 1 de Ripoll en los próximos días. 

Gabriela Barrios, abogada de Cuadrado y Bassaganya, ha negado "de forma categórica" que sus clientes hayan comprado alguna de las armas incautadas por la Guardia Civil y ha recordado, en este sentido, que sus defendidos se negaron a declarar ante la Benemérita, a la espera de hacerlo ante el juez cuando sean citados por el juzgado de Ripoll encargado del caso. 

El ayuntamiento defiende a los acusados

El Ayuntamieto de Camprodon ha hecho público un comunicado en el que da su apoyo a Alexandre Cuadrado y Lluís Bassaganya, y defiende la inocencia de los dos vecinos acusados de depósito de armas y munición por la Guardia Civil. En el texto, el consistorio califica de “inocente e inocua” la actividad que ambos estaban llevando a cabo al frente del museo de la Retirada. “Los responsables municipales partimos, en estos momentos, del convencimiento de que, en todo caso, (la detención) se tratará de una inadecuada interpretación de las actuaciones de las personas acusadas, que como mucho se habrían constituido en víctimas de un procedimiento burocrático complicado y complejo, pero nunca en responsables de ningún tipo de delito”, añade la nota. El comunicado añada que Cuadrado y Bassaganya son dos vecinos muy conocidos de Camprodon “a los cuales la inmensa mayoría de la población les reconoce su esfuerzo y dedicación desinteresada en beneficio del pueblo”.