Abuelos coraje

El 80% de los jubilados españoles ayudan a sus hijos con dinero o prestando algún servicio

La mitad de los que colaboran en mantener a sus nietos lo hacen dándoles de comer casi a diario

La crisis les ha convertido en un colchón familiar de primer orden, en un apoyo clave para que aquellos que tienen hijos puedan sobrellevar las dificultades de los últimos años. Los abuelos han recuperado el protagonismo que habían perdido en el seno de muchas familias, no solo porque aportan parte de sus pensiones, sino también por el tiempo que dedican a los nietos y por la estabilidad que representan. El caso es que este 2015 el 80% de los jubilados españoles están ayudando económicamente a sus hijos y nietos, bien directamente con dinero, bien prestándoles un servicio, con el ahorro que eso supone. En el 2010, el porcentaje era de poco más del 20%.

La mitad de los mayores de 65 años que contribuyen a aliviar la situación de sus hijos lo hacen dando de comer a la familia (sobre todo a los niños) cada día o varios días a la semana. Uno de cada tres entrega una cantidad de forma regular a sus hijos, hasta llegar a una media mensual de en torno a los 290 euros.

Los datos pertenecen al estudio 'Crisis y efecto dominó. El bienestar infantil, abuelas y abuelos en la brecha', presentado ayer por la oenegé Educo, especializada en la concesión de becas de comedor para estudiantes necesitados. El informe, elaborado por la auditora Salvetti&Llombart, destaca que si primero fueron los adultos y luego los niños, ahora son los abuelos los que más sufren las consecuencias de la crisis.

Para hacer frente a las necesidades familiares, los abuelos confiesan que están teniendo que revisar sus propios gastos: el 46 % ha reducido sus visitas al dentista y al oculista; el 45 % ha rebajado el consumo de luz; el 15 % compra menos productos frescos como carne y pescado, y uno de cada diez ha tenido que vender algún bien, explicó ayer la coordinadora del programa de becas de comedor de Educo, Pepa Domingo, en la presentación de los resultados del estudio.

APOYO LOGÍSTICO

Pero además del apoyo estrictamente económico, cada vez son más importantes las aportaciones logísticas o de prestación de servicios. Basta con pasar por las proximidades de un colegio a la hora en que acaban las clases para darse cuenta de que, en muchos colegios, hay más abuelos o abuelas que padres y madres esperando. También sustituyen a los progenitores, cada vez más a menudo, como acompañantes en las actividades extraescolares o en las visitas al pediatra.

«Los abuelos somos, evidentemente, un apoyo, pero en ningún caso podemos decidir, ni debemos tener la última palabra a la hora de decidir sobre los nietos», avisa, no obstante, Francisco Muñoz, presidente de la Asociación de Abuelas y Abuelos de España (Abuespa). «Y sobre todo -prosigue Muñoz-, el abuelo debe intervenir solo cuando sea necesario y de forma voluntaria».

Evidentemente, admite el presidente de Abuespa, la crisis ha sido determinante para que estos abuelos coraje recobraran su antiguo papel en el seno familiar, después de un tiempo en que, en demasiadas ocasiones, fueron relegados y, en casos extremos, hasta vistos como un estorbo. Además, «los nuevos modelos familiares, con niños que se encuentran a salto de mata por un divorcio traumático de los padres, han hecho que los abuelos nos convirtamos también en en una referencia», señala Muñoz.

En este contexto, las relaciones entre los miembros de las familias que más sufren la crisis se han deteriorado en los últimos años, según la opinión de cuatro de cada diez abuelos. Un 16 % dice que sus nietos discuten más con los padres que antes. El 12 % de los encuestados (las entrevistas se realizaron el pasado junio a 504 personas mayores de 50 años con nietos menores de 18 años y que en la actualidad ayudan económicamente a alguno de sus hijos) creen también que los nietos han empeorado su rendimiento escolar.

PETICIÓN AL GOBIERNO

Por todo ello, José Faura, director general de Educo, aprovechó la presentación del estudio para reclamar al Gobierno y a los partidos políticos que consensúen un pacto de Estado por la infancia «de una vez». Aunque en España se ha de hablar de «malnutrición» y no de hambre como ocurre en países por ejemplo de África, dijo Faura, los proyectos de promoción de becas de comedor siguen siendo «necesarios», pese a los repetidos mensajes del fin de la crisis que lanzan las administraciones.

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