-Pues hace… Hace 11 festivales.
-¿Y cómo fue?
-Fue un amigo, que me contó que se había presentado voluntario. Y yo enseguida dije: «Qué hay que hacer. A dónde hay que ir».
-¿Así, como un reflejo? ¿Por qué?
-Bueno, para empezar porque me gusta todo lo cultural, y porque creo que el festival es algo muy importante para la ciudad, le da proyección internacional. Y porque yo me presento voluntario a lo que haga falta.
-¿Cómo empezó? ¿Qué le tocó hacer?
-De lo primero que hice fue de camarero. Estaba detrás del escenario y se veía muy poco, por eso nadie quería estar ahí.
-Tengo entendido que el voluntariado para este festival es capital.
-Sí, porque es un festival que no tiene el presupuesto de otros, ni grandes entidades financieras detrás, entonces tienen que cuidar muy pero que muy bien cada euro.
-También tengo entendido que es el voluntario más veterano.
-Bueno, alguno me gana. Ignasi y Montse, que son los otros dos coordinadores, llevan un poco más de tiempo que yo.
-¿Qué reciben a cambio, los voluntarios?
-Dos camisetas, la cena y quizá una invitación para la familia, aunque eso no siempre es posible. Pero sobre todo, la satisfacción de colaborar, de trabajar por nuestra ciudad.
-También pueden ver los conciertos...
-Claro, eso no está nada mal. Una vez empieza el espectáculo nos ponemos en los laterales y desde allí vemos el show.
-Hábleme de veladas memorables.
-Pues a mí me encantó ver a Rubén Blades. Nos habían dicho que estaba mal de salud, y aun así... ¡estuvo dos horas en el escenario! Y Roger Hodson, el cantante de Supertramp. Y Chick Corea. Y Ana Belén, también.
-Los voluntarios tendrán algún privilegio para acceder a los artistas, ¿o no?
-Los voluntarios, por costumbre, solemos pedir al regidor del espectáculo una foto en grupo con el artista. A veces se puede y a veces no, depende de la voluntad del artista. Con Blades me pasó algo genial.
-Cuénteme.
-Resulta que en la última canción dejó a los músicos tocando y se marchó. Ese día me había tocado backstage y en un momento dado le dije al jefe de prensa: «A ver si consigues que me firme esto»; la acreditación. Y él me dice: «Vente ahora que se va».
-¿Y?
-Fuimos un compañero y yo y lo cogimos subiéndose al coche. ¿Sabe qué lo paró? Que mi compañero quería que le firmara un sombrero Panamá que había llevado para la ocasión. Él vio eso y se paró. «¿Y tú de dónde sacaste esto?», le dijo. En general, todos son muy amables. Tengo fotos con El Cigala, con Ana Belén, con Serrat, con Estrella Morente, con Manu Chao…
-Se vuelca la ciudad con el festival, supongo.
-Mire, este es un festival de la ciudad pero también para la ciudad. Se lo voy a explicar con una anécdota que precisamente pasó con Manu Chao. Resulta que el día del concierto tenía problemas en una pierna y necesitaba un masaje. Yo enseguida llamé a una amiga fisioterapeuta, que estaba encantada de hacerlo, ¡y además cobró! No es una ciudad pequeñita pero nos conocemos muchos, y tienes salidas por aquí y por allá para buscar soluciones. «Oye, que del festival necesitan no sé qué, como lo ves».
-¿Cuántos voluntarios hay?
-Este año somos entre 50 y 60. La mayoría son personas que año tras año repiten, no se va nadie, al contrario, hay mucha gente que quiere entrar. Se ha creado un buen clima, ha corrido la voz y mucha gente se quiere unir.