Agricultora de Montblanc. Conca de Barberà

Annaïs Sastre: «Escuchamos a la tierra»

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El sol todavía no ha aparecido en la Conca de Barberà. Son las ocho de la mañana. Annaïs Sastre llega con paso firme a la huerta. Las hojas de col, brócoli y apio aún están heladas y esperan, silenciosas, los primeros rayos de sol. Así empieza otro día de trabajo para esta joven agricultora.

Annaïs Sastre nació hace 33 años en Barcelona. Y el paso de ciudadana a campesina fue consecuencia de su vocación. Estudió Ciencias Ambientales en la Universitat Autònoma de Barcelona y allí empezaron sus primeras experiencias con la huerta. Alta, delgada y siempre activa, no para ni un momento. «Creemos que la agricultura es la máxima interacción entre las personas y la naturaleza -dice Annaïs-. Intentamos aprender a escuchar a la tierra. Integramos los conocimientos de las antiguas  generaciones de agricultores con técnicas de cultivo ecológico para conservar la flora y la fauna locales».

 

«¿Mis pecados ecológicos? Fumo, aunque solo un poco. Utilizo mucho el coche para ir al pueblo. Y tomo café», dice Annaïs sonriendo y acariciando a su perra, Kila. La ecología está siempre presente en sus conversaciones, ya sea con sus amigos o con los vecinos del pueblo. Y también en su mesa. A la hora del almuerzo, Annaïs se prepara un plato de apio de la huerta con humus y albóndigas de verduras acompañadas de pan biológico.

 «Ser agricultora es un curro muy físico. No sé si me veo haciendo esto toda la vida», afirma la agricultora, a quien le gustaría enseñar y asesorar en cuestiones de cultivo ecológico. «Lo verdaderamente revolucionario -añade- es poder transmitir a la gente nuestra capacidad para ser autosostenibles y producir nuestros alimentos», dice, resuelta. Ya ha empezado a trabajar en esta dirección: ahora compagina el campo con clases sobre agricultura ecológica en una escuela de Valls y participa en un proyecto de Cáritas y el Ayuntamiento de Montblanc para impulsar que familias en riesgo de exclusión cultiven su trocito de huerto.