Civiclub es un club de fidelización que pretende «premiar un hábito positivo en lugar de amenazar que no se haga con una multa o castigo», según su fundador, el empresario catalán Toni Tió.

«Queremos fomentar la solidaridad y la sostenibilidad dando visibilidad a entidades que inyecten un mensaje positivo en el entorno y recompensando al usuario con puntos que puede canjear por ofertas de ocio». Trabajan con instituciones como el Ayuntamiento de Barcelona, a través del Bicing, o los bancos de sangre. Cualquiera de esas dos acciones da puntos en el sistema.

Hasta el momento han seducido a unos 40.000 usuarios, el 70% catalanes, con su propuesta de «romper el moralismo y dejar de considerar que lo bueno da vergüenza contarlo y que se pueda publicar en Facebook o Twitter que se ha reciclado o se ha cedido el asiento en el autobús», señala Tió.

El club obtiene sus ingresos de las marcas que ofrecen descuentos en la plataforma, que consideran una promoción, y es gratuito para fomentar los servicios cívicos. «Un voluntario, una persona que haga una acción solidaria porque la sienta, no se va a dar de alta por ganar unos puntos, porque partimos de la base de que es una responsabilidad, pero es un modo de recompensar a los buenos ciudadanos», dice.