Las grandes mujeres, como los grandes hombres, admiten a través del tiempo muchos retratos, muchas interpretaciones de sus vidas, muchas lecturas de sus obras.
Teresa Sánchez Ahumada fue una mujer de su tiempo, llena de contradicciones y de dudas como todos los grandes genios que alcanzan la universalidad. Escribió más de 10 libros y unas 14.600 cartas, de las que solo se conservan 1.200 según unos y aún menos, según otros. Se podría decir que la primera autobiografía escrita en España fue la suya. Relató sus fundaciones con el rigor de una crónica periodística. Y en todos sus escritos dejó una huella didáctica. Escribía sus libros para dos cosas: explicarse a sí misma y su pensamiento, y ayudar a sus monjas en el camino difícil de la perfección y el espíritu.
Para una mujer que vive en los principios del siglo XXI resulta muy ilustrativo volver la vista atrás y contemplar la trayectoria de esta carmelita descalza que supo administrar sagazmente su extraordinaria intuición y su habilidad social. Se mantuvo durante toda su vida en el filo de la navaja de tiempos peligrosos en que, en un visto y no visto, podían tacharte de alumbrada y en un descuido quemarte viva en la hoguera. Ella logró salir ilesa y doctora de la Iglesia.
Sin duda allanó el camino a las generaciones de mujeres que la siguieron y nos legó su vida y su obra de manera que podamos beneficiarnos de su experiencia y de cuanto consiguió para que la mujer fuera estimada en dos parcelas que solo habitaban los hombres: la acción y la reflexión mística, aunándolos asombrosamente.
'En el umbral de la hoguera'
Josefina Molina
Almuzara
312 páginas
15 euros