Aguardando un nombre

Las últimas familias montan guardia en el pabellón O Sar a la espera de un milagro

Al menos 13 cuerpos necesitarán pruebas de ADN para ser identificados

Familiares y amigos de las víctimas, este jueves, en Santiago. / DAVID CASTRO

Narraba con una contagiosa serenidad el psicólogoMiguel Anxo García que el cansancio que soportan los familiares de las víctimas tras una desesperada noche en vela es un buen amortiguador del dolor.

Este jueves por la noche,67 cadáveres habían podido ser identificados, y26 entregadosa sus allegados para que gestionaran en la intimidad su despedida. El resto, los otros13 cuerpos sin identificar, precisarán de un procedimiento mucho más complejo en el que será necesario recurrir alADNcomo consecuencia del deterioro de los restos.

Acompañados de unpsicólogo que no se separa de ellos, pero que no les fuerza a hablar, cobijados algunos bajo mantas azules, esos familiares que siguen sin saber se agarran al milagro de que el suyo se hubiera bajado del tren. Las escenas son duras en el pabellónMultiusos O Sar.

"Cada vez que se comunica un nombre, hay una durísima mezcla de sosiego y dolor. Dolor porque terminó la esperanza y se confirmó la pérdida, y sosiego por el final de una espera que se convierte en eterna", contaba una psicóloga.

Los familiares directos ya han aportado muestras de saliva para cotejar ADN. Las pruebas las realizará un equipo especializado de la policía científica llegado desde la sede central de Madrid, y podrían durar un par de días. Más horas de desesperación y dolor.

>> Lea la información completa sobre los familiares esperan las últimas identificaciones de los fallecidos y heridos del accidente de tren de Santiago en e-Periódico.