Durante los primeros años, Olga, la madre deEva Blanco, salía a la calle y miraba al fondo de los ojos de todos los hombres intentado averiguar si estaba frente al asesino de su hija. Hace 16 años, un hombre mató a la joven, que entonces tenía 16 años, tras mantener relaciones sexuales. Desde entonces la Guardia Civil busca al asesino. Tiene su ADN. Y mantiene la sospecha de que el criminal era un conocido de la víctima, porque subió confiada a su coche, la noche que la mataron.
Dos años después del crimen, el entonces alcalde deAlgetepublicó un bando en el que solicitaba a los varones su autorización para somterse a las pruebas de ADN e ir así cerrando el círculo en torno al asesino. 2.013 vecinos aceptaron, pero la jueza, en su día, denegó hacer unos análisis masivos. Hace unas semanas, una nueva jueza ha autorizado a losinvestigadores abrir por primera vez esas urnas selladas e investigar a partir de los hombres que dieron un paso adelante en busca delcriminal.
Uno de los responsables de las pesquisas y los padres de Eva Blanco relatan este domingo a EL PERIÓDICO cómo afrontan la nueva fase de una investigación que no se cerrará mientras el asesino siga suelto.