El drama del desahucio. Es de suponer que Efi se habrá despertado esta mañana bastante más serena, que por fin esta noche ¿después de tanto insomnio¿ habrá podido conciliar el sueño. Es solo un suponer, porque la verdad es que ayer Efi era, toda ella, un manojo de nervios. Incluso después de que un representante del Ayuntamiento de Barcelona y los agentes judiciales que tenían orden de desahuciarla de su domicilio le aseguraran que no, que finalmente su familia podrá seguir viviendo en la misma casa, a cambio de un módico alquiler.
"Algo más tranquila sí estoy, aunque hasta que no hayamos firmado el acuerdo y sepamos con seguridad que todo está bien, no voy a hacerme ilusiones", argumentaba aún ayer la mujer. Con el de ayer, son ya cuatro los conatos de desalojo que esta joven nigeriana y su marido Efosa han conseguido eludir desde que en el 2010 empezó su pesadilla con el impago de la hipoteca.
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