Un temporal de lluvias en el centro de Italia ha afectado especialmente a Nápoles, que ha visto inundado buena parte de su centro urbano y en especial el metro.
El agua, caída con mucha intensidad durante unos 40 minutos, bloqueó las alcantarillas y anegó viviendas, párkings y otros subterráneos, pero también iglesias y autovías.
Especialmente grave fue la situación en el metro, donde hubo que suspender el servicio en una de las líneas y limitar el trayecto de la otra porque las vías se habían convertido en auténticas piscinas.
La lluvia ha desplazado también gran cantidad de barro, que se acumula en las calles y hace aún más difícil la circulación.