Julio Alesanco, de 84 años, está indignado con todas sus fuerzas. Cuando más lo necesita, ha visto que uno de los pilares básicos delEstado del bienestar empieza a desmoronarse. Padece del corazón y, al igual que su mujer, sufre otros achaques propios de la edad. Tiene que tomar nueve fármacos y su esposa, otros tantos, pero entre su pensión y la ayuda que recibe su mujer de la Generalitat no llegan a 550 euros al mes. La imposición del euro por receta, el medicamentazo por el que la sanidad pública dejó de finaciar 400 fármacos y la aplicación del copago sanitario estatal les han hecho mucho más difícil llegar a fin de mes. Tanto es así, que Alesanco ha decidido declararse en "huelga de medicación". Unanueva forma de protesta que es un claro signo de los nuevos tiempos.
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