LA CRISIS EN LA ASISTENCIA SANITARIA PÚBLICA SE AGUDIZA

Salut niega quirófanos a los cirujanos que quieren operar gratis

Los ocho centros del ICS planean iniciar huelgas intermitentes en octubre

La dirección del hospital de Bellvitge responde que no puede pagar luz y enfermería

Un grupo de trabajadores del ICS irrumpe en la sala de negociación, ayer. / JONATHAN GREVSEN

Entre las decenas de miles de enfermos que en estos momentos esperan a que se les cite desde algún hospital catalán para entrar en quirófano hay cientos de personas que han llegado al límite de su resistencia y están empeorando. No saber qué decir a esos pacientes, que les van detallando cómo se deterioran, y sufrir con ellos, ha llevado a un grupo de cirujanos de los hospitales de Bellvitge y Vall d'Hebron a plantear a sus compañeros la opción de operar a los más graves, sin cobrar y en las horas en que los quirófanos están parados. La iniciativa, sin precedentes, fue aceptada por el colectivo médico y expuesta ayer a la dirección de Bellvitge con el fin de que autorizara el uso de sus quirófanos. La petición fue rechazada fulminantemente.

«Por desgracia -dijo la respuesta oficial-, el coste de una intervención quirúrgica no solo depende de las manos del cirujano». Esterilizar el quirófano, encender las luces y citar a la enfermería supone un coste que el Institut Català de la Salut (ICS), propietario de Bellvitge y Vall d'Hebron, prefiere ahorrarse. «Lo más barato para la Generalitat es que no

trabajemos, aunque lo hagamos sin cobrar», describió Rosa Boyé, radióloga de Vall d'Hebron, dispuesta a trabajar gratis en horas nocturnas o fines de semana. En el Hospital de Sant Pau, los sanitarios aprobaron ayer por unanimidad visitar los viernes sin que eso se refleje en su salario, ya que la dirección del centro ha decidido cerrar ese día semanal las consultas externas, para ahorrar. Sus listas de espera son enormes.

MUCHOS NERVIOS / Casi al mismo tiempo que se votaba lo anterior, un grupo de trabajadores del ICS, convocados por los sindicatos de CCOO y CATAC, que se manifestaban en la puerta de la institución, irrumpieron en la sala donde sindicatos y Salut se disponían a negociar la propuesta de recortar en un 50% una paga de diciembre de sus 40.000 empleados. No estaba prevista tal interrupción, que fue atribuida al nerviosismo que existe en el mundo sanitario. El encuentro quedó aplazado hasta el próximo lunes.

Si, como prevén, Salut no modifica su plan económico, los ochos hospitales del ICS -Vall d'Hebron, Can Ruti y Bellvitge, entre ellos-, podrían iniciar una huelga intermitente, de tres días cada semana, desde finales de octubre. La acción ya ha sido aprobada en las asambleas médicas de la mayoría de dichos centros. «Si llegamos a la huelga será en contra de nuestra voluntad -dijo Teresa Fuentelsaz, anestesióloga de Bellvitge-. El paro perjudica a los enfermos y reduce aún más nuestros salarios, pero habrá que hacerlo».

UN IMPOSIBLE / Nada de esto estaría sucediendo si el Govern hubiera escuchado a los profesionales del sector, afirmó la especialista. «Antes del verano, hablamos con Núria de Gispert, presidenta del Parlament, con Carme Capdevila, de ERC, y con Eva García, del PP, y les advertimos de que si la Generalitat pretendía recortar en un 10% el presupuesto de Salut dañaría muy gravemente el sistema -dijo Fuentelsaz-. Todas nos reconocieron que así era».

La presión económica y profesional que percibe dicho personal es notable. «Muchos médicos de familia están cobrando 1.000 euros menos al mes desde que se decidió el cierre nocturno de 56 centros de asistencia primaria (CAP) -dijo Jaume Giménez, médico rural y vicepresidentre de Metges de Catalunya-. Ahora, en todo el Ripollès no hay ningún servicio de urgencias nocturno, y en el Bages y el Berguedà hay uno cada 50 kilómetros. Han sido cierres muy perjudiciales. Esos médicos atendían lo inesperado y eso es intocable».