Españístánes el país ficticio que han visitado casitres millones de internautasen las últimas semanas. Es obra deldibujante Aleix Saló, de 28 años, y narra la crisis desde los días de bonanza hasta la resaca y la indignación de hoy. Pocos artículos sesudos han explicado eldescalabro económicocon más claridad que estecortometraje de animaciónde siete minutos protagonizado por unosmonigotesde factura sencilla y de tono sarcástico que ya se intuye desde el título: el sufijoistán(tierra, en persa) alude a remotas repúblicas enAsia Central, cuyos regímenes se asocian de inmediato con pobreza a ras de suelo y corrupción en las alturas.
"Mientras el referente de los empresarios norteamericanos eraGoogle, aquí todos querían imitar aPaco el Pocero", diceSaló, que se ha gastado los ahorros de dos años --todo lo que puede meter en la hucha un mileurista-- en la confección de la cinta, una especie deInside Job, el documental sobre la crisis financiera de Estados Unidos, salvando las distancias y en dibujitos.
El vídeo pretendía promocionar el libroEspañistán, este país se va a la mierda, que disecciona la coyuntura a través de las peripecias deFredo, un veinteañero en paro e hipotecado hasta las cejas que recorre la geografía desconcertada en compañía de su amigoSamuy del magoGandolfo, un jubilado que sobrevive con una pensión ridícula. Viene a ser un remedo deEl Señor de los Anillos, la fantasía épica deTolkien, en clavehumorístico-peninsular. "El cortometraje de animación --explica Saló-- ha sido un puñetazo sobre la mesa. La cruda realidad te dice que puedes hacer el mejor cómic del mundo, pero sin difusión no eres nadie".
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