La nueva estación Sagrera-Meridiana, el intercambiador más importante de la zona norte de Barcelona, en el que confluirán diferentes líneas de metro, así como las líneas de Cercanías R3, R4 y R7, ha entrado en servicio.
Diferentes usuarios y curiosos se han acercado hasta la nueva infraestructura valorándola positivamente, aunque hay quien ha echado en falta unos monitores en los extremos del andén, según han indicado a preguntas de los periodistas.
Con una inversión de unos 35 millones de euros, las obras del nuevo equipamiento, que se iniciaron en junio del 2009, han afectado a una superficie total de 4.843 metros cuadrados y han comportado la interrupción temporal del tráfico ferroviario entre las estaciones de Sant Andreu Arenal y Arco de Triunfo. El proyecto ha supuesto la creación de un andén central de 200 metros de longitud y 6,4 metros de ancho, con una salida de emergencia en la parte central.