El Papa presentó ayer su segunda encíclica, Spe Salvi (La esperanza os salvará), en la que critica el materialismo y el marxismo pero reconoce algunos méritos intelectuales de Karl Marx. También proclama que la vida "no acaba en el vacío" porque habrá un juicio final en el que Dios dictará sentencia y reitera la existencia del purgatorio y del infierno como posible culminación de la vida, ya que es "imposible" que la "injusticia" de la historia sea la última palabra. "Dios es justicia y crea justicia. Este es nuestro consuelo y nuestra esperanza", dice.

Según Benedicto XVI, el "error fundamental" de Marx fue "olvidar al hombre y su libertad". "Creyó que una vez solucionada la economía, todo quedaría solucionado. Su error es el materialismo", afirma antes de reconocer que "con precisión puntual, aunque de modo unilateral y parcial, Marx describió la situación de su tiempo y con gran capacidad ana-

lítica ilustró los caminos hacia la revolución".