TEMPORADA FINAL

'La maravillosa Sra. Maisel' empieza a decir adiós

  • Prime Video estrena este viernes, día 14, los tres primeros capítulos de la quinta y última temporada de su emblemática serie sobre un ama de casa que se abre paso en la comedia

Rachel Brosnahan (Midge) y Luke Kirby (Lenny) en ’La maravillosa Sra. Maisel’. / Prime Video

Prime Video pasa por días existencialmente complicados. No solo sigue luchando por definir su identidad en el paisaje del 'streaming', sino que, además, desde el viernes empieza a despedirse de su serie quizá más emblemática: 'La maravillosa Sra. Maisel', favorita crítica y popular (sobre todo con sus dos primeras temporadas) que le ha visto amasar una veintena de premios Emmy, entre ellos el de mejor comedia en 2018

En esta comedia en realidad bastante dramática, Amy Sherman-Palladino ('Las chicas Gilmore') y su inseparable marido Daniel Palladino, éste en funciones de productor ejecutivo, cuentan la historia de Miriam 'Midge' Maisel (Rachel Brosnahan), un ama de casa judía neoyorquina de los cincuenta que descubre su vocación de cómica después de que su marido la deje por su secretaria y se quede sola con los hijos. Bien apoyada por su sufrida mánager Susie (enorme Alex Borstein), Midge ha hecho lo imposible y también lo equivocado por abrirse paso en una industria sitiada por los hombres. Sherman-Palladino quería contar, según ha explicado recientemente a 'The New York Times', "una historia sobre una mujer que descubre su propia ambición en un momento en que se suponía que las mujeres no tenían ambición". 

Su protagonista, Rachel Brosnahan, ha descubierto por el camino su propio potencial. Los productores de 'House of cards' ya lo habían percibido cuando decidieron convertir su personaje de 'call girl' sin apenas líneas de guion en un personaje que dejó huella en tres temporadas. Pero ha sido encarnar a Maisel, atreverse y brillar con un papel cómico, lo que ha terminado de inspirar a Brosnahan creativamente; en 2020 fundó Scrap Paper Pictures, una productora que aboga por la incorporación de voces nuevas a la industria. 

La llamada de la tele

¿Dónde habíamos dejado a Midge cuando la vimos por última vez? Caminando a través de una tormenta de nieve después de tener una discusión catártica con Lenny (Luke Kirby), o el legendario cómico Lenny Bruce, para más señas, sobre el escenario del Carnegie Hall. Terapia de lujo. Tras perder su paraguas, nuestra heroína sufría una especie de epifanía ante un cartel del programa televisivo 'The Gordon Ford show'.

La nueva temporada no arranca justo después, sino hasta veinte años más tarde, en 1981. Algunos 'flash-forwards' servirán para explicar las consecuencias a largo plazo de ciertas actitudes y decisiones de Midge. Pero los amantes de lo realmente retro no deben sufrir en exceso: la acción salta enseguida a diciembre de 1961, cuando Susie lucha a brazo partido para que su clienta favorita entre como guionista en el 'late-night' de Gordon Ford (Reid Scott), cuyo equipo rebosa testosterona, y la gran familia Maisel decide de forma casi unánime convertir un Día de Acción de Gracias en una sarta de revelaciones. 

El parloteo como una de las bellas artes

Cuando creíamos que Aaron Sorkin, artífice de 'El Ala Oeste de la Casa Blanca', era el guionista capaz de colar más palabras por minuto, Sherman-Palladino rompió todos los cánones a través no solo de Midge y Susie, sino también de los locuaces padres de la primera, Abe (Tony Shalhoub) y Rose (Marin Hinkle), o su más secundaria cuñada Astrid (Justine Lupe en un personaje bien distinto a la más distante Willa de 'Succession'). En estos nuevos capítulos, cada intenso toma y daca rezuma otra vez hipnótica musicalidad.

La serie sigue siendo así un bufé de estímulos verbales, pero también no verbales: su preciosa fotografía, su suntuoso y meticuloso diseño de producción o sus exuberantes vestuarios y peinados siguen sin defraudar. Por la parte sonora, tres cuartos del mismo lujo: no sería raro que le acabaran otorgando un cuarto Emmy a la supervisión musical.