muy seriemente

'Dead to me', humor negro de mujer

Muñeca rusa infinita de brillantes giros narrativos, esta perla de Netflix funciona impecablemente gracias a ese enigma que para los hombres es la sororidad

Linda Cardellini y Christina Applegate, protagonistas de ’Dead to me’ y achispadas en no pocos capítulos. / NETFLIX

El regreso de ‘Dead to me’, diáfana comedia negra que brilló con luz propia en el firmamento de Netflix en el 2019 cuando se estrenó la primera temporada, le habría encantado (es un suponer, claro) a Miguel de Unamuno, no porque como escritor fuera hombre de mucho chiste (solo hay que repasar su álbum de fotos y su literatura, donde nunca hay ni una mueca de sonrisa), sino porque suya es la paternidad de una expresión muy de moda ahora, la sororidad, ese lazo invisible que une a las mujeres en un mundo que aún es más de hombres que de ellas. A Unamuno le pareció que a la lengua española le faltaba un equivalente femenino de la palabra fraternal, el amor entre hermanos, así que echó mano de su dominio del latín y se sacó del sombrero las expresiones sororal y sororidad. Así era él. De Bilbao. La Real Academia Española (RAE) se hizo la longuis y no incluyó el ‘palabro’ en su diccionario hasta un muy reciente 2018. Un año más y a los académicos les pilla con la hoja en blanco el ‘sorórico’ éxito de ‘Dead to me’, una serie vital y fresca a pesar de la cuestión que trata, glups, la muerte, materia que podría ser un tabú, pero a los ‘Homo sapiens’, especie rara, le gusta sacarle punta al tema y así se han escrito con ella obras memorables del humor negro. ‘Una modesta proposición’, de Jonathan Swift, y ‘Los seres queridos’ de Evelyn Waugh, son dos ejemplos sublimes, por si gustan ustedes. En la posdata de esta trigesimoquinta edición de ‘muy seriemente’ encontrarán una opinión sobre esa obcecación humana por bromear con la muerte. Antes, la serie.