Un estudio liderado por el Hospital Universitario de Bellvitge (L'Hospitalet) y el Idibell constata que el bienestar emocional y social está directamente relacionado con los pacientes que acuden a urgencias y vuelven a los 30 días. La investigación, publicada en la revista científica 'Emergencias', revela la relación directa entre las reconsultas y el analfabetismo, la ansiedad o la falta de cuidadores. Los investigadores dicen que hay mayor prevalencia de volver a urgencias si se tienen dos o más de estos factores. Los autores de la investigación resaltan que han podido identificar varios elementos que pueden ayudar a diseñar nuevas estrategias para mejorar la continuidad de los cuidados en los centros de atención primaria (CAP) y en los servicios sociales.
El estudio ha sido encabezado por la enfermera del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) e investigadora del grupo de investigación enfermera Grin-Idibell Andrea Urbina. La revista científica 'Emergencias', donde se ha publicado la investigación, está considerada una de las principales publicaciones en el ámbito de urgencias y emergencias a escala mundial.
Urbina recuerda que tradicionalmente se han estudiado las causas del retorno a urgencias desde una vertiente biológica del paciente, especialmente en lo que se refiere a la edad y las patologías. "El bienestar emocional, el nivel cultural y los aspectos sociales pueden ser factores clave que afectan a la frecuencia con la que una persona busca asistencia a los servicios de urgencia", apunta.
La investigación se ha basado en los datos recogidos de más de 15.500 pacientes atendidos en urgencias del Hospital de Bellvitge. De estos, el 82,4% presenta algún factor de complejidad de cuidados. Al mismo tiempo, un 12% de los pacientes reconsulta al servicio de urgencias.
Entre los factores que se han asociado a una mayor frecuencia en las reconsultas a urgencias en los 30 días siguientes al alta se encuentran la incontinencia, la inestabilidad hemodinámica, el riesgo de hemorragia, la edad avanzada, la ansiedad y el miedo, el deterioro de funciones cognitivas y el analfabetismo.
"Disponer de esta información en forma de alerta en la historia clínica electrónica podría ayudar a los equipos de Urgencias a identificar a aquellos pacientes que pueden tener un mayor riesgo de volver a requerir atención urgente y desarrollar estrategias para mejorar la continuidad de sus cuidados", asegura Urbina, que resalta que esto permitiría disminuir el impacto económico en el sistema de salud porque descongestionaría a los hospitales.