La desatención de los enfermos con covid persistente impide dar portazo a la pandemia

Los 14.000 catalanes diagnosticados oficialmente con covid persistente (o 'long covid', en la literatura inglesa) impiden dar un portazo definitivo a la pandemia, tres años después -14 de marzo de 2020- de la declaración del estado de alarma y del inicio del confinamiento. Se trata de una enfermedad todavía muy desconocida y difícil de tratar, de la que se desconoce si los síntomas son o no de por vida. Un estudio reciente del comité científico del covid-19 del Govern alertaba en febrero de que se están infradiagnosticando estos casos. Según este documento, en Catalunya habría entre 48.000 y 72.000 personas afectadas (pero solo 14.000 diagnosticados) por una enfermedad que, además, no tiene aún un abordaje estandarizado en el conjunto del territorio. Entre los síntomas más comunes que presentan los afectados, destacan la fatiga, el cansancio extremo, el ahogo, las taquicardias, el dolor torácico o el dolor articular. Sin embargo, advierten los expertos, no todos se comportan igual. Otro aspecto generalizado es el desánimo. En Catalunya es referente la unidad de covid persistente del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti), en Badalona, que estudia las secuelas de esta enfermedad y hace un examen multidisciplinar del paciente. Muchos de ellos acuden también a hacer rehabilitación a otros centros como el Instituto Guttman porque la enfermedad causa, además, sintomatología neurológica. La unidad especializada en Can Ruti arrancó en otoño un estudio para saber si el covid persistente está relacionado con las alteraciones menstruales en las mujeres y determinó que estas ocurren en el 50% de las afectadas. Otro estudio escocés publicado en octubre en 'Nature Communications' concluyó que, entre seis y 18 meses después de la infección, uno de cada 20 enfermos (el 5%) todavía no se había recuperado, mientras que el 42% lo hizo solo parcialmente. Además, el estudio también demostraba que las personas asintomáticas tienen menos posibilidades de sufrir los efectos del covid a largo plazo y que la vacunación ofrece cierta protección ante este tipo de secuelas. Pero, de momento, la medicina les da pocas opciones a estos pacientes, ya que hay más preguntas que respuestas. De hecho, estos enfermos en ocasiones se sienten abandonados porque se encuentran con algunos médicos que no creen en la enfermedad. La coordinadora de esta unidad de Can Ruti, Lourdes Mateu, insiste en que solo se dispone de tratamientos concretos, con carácter rehabilitador, para aquellas personas sintomáticas. "Es muy importante investigar para poder ver qué tratamientos van bien y cuáles no. "El covid persistente sigue siendo un problema. Aún seguimos recibiendo pacientes. Probablemente han disminuido los casos, pero no se han acabado", señalaba. La investigación Según la doctora Mateu, la mayor parte de quienes desarrollan covid persistente son personas que pasaron un covid leve o moderado. "En nuestra cohorte, y ahora llevamos ya mil pacientes, el 70% de ellos no ha necesitado ingreso hospitalario", señala. También recuerda que no hay tratamiento (solo se tratan los síntomas y se hace rehabilitación) para esta enfermedad que de momento no tiene cura. Por eso es tan importante seguir haciendo ensayos clínicos. La unidad de Can Ruti comenzó en otoño otro estudio clínico con plasmaféresis (limpieza del plasma). "Una de nuestras hipótesis es que hay sustancias inflamatorias en la sangre que hacen que se desarrolle el covid persistente. Esta técnica la están utilizando en Alemania, pero hasta ahora no había ensayos clínicos que demostraran o no su eficacia", dice la médica. La mayoría de los pacientes con un covid-19 leve se recuperan pasadas dos semanas. Sin embargo, hay un 10% que continúa teniendo síntomas, como mínimo, tres meses después. A partir ahí, los médicos los consideran enfermos de covid persistente a las personas que, pese a que las pruebas de coronavirus ya dan negativo y no hay restos del virus, continúan sufriendo síntomas como fatiga, disnea (o dificultad respiratoria), dolores torácicos y de cabeza o niebla mental. El Col.lectiu d'Afectades Persistents Covid-19 tiene unos 1.500 miembros.

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El comité científico asesor del Govern advierte de que en Catalunya hay hasta 72.000 afectados, el 80% sin diagnosticar, de una dolencia aún sin cura

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