La pandemia silenciosa

El riesgo de pobreza es un agravante de los trastornos de la salud mental

  • Las personas con deudas o amenazas de desahucio sufren más estrés o depresiones

  • Las entidades denuncian demoras de hasta tres meses para ver al psicólogo del CAP

  • Los médicos de familia reclaman recibir más formación psicoterapéutica

Una mujer camina por una calle del centro de la ciudad. / JOSE LUIS ROCA (Delegaciones)

Las demoras para acceder a los servicios especializados de salud mental afectan, especialmente, a las personas más vulnerables. Esas que, debido a su situación económica, no pueden permitirse ir a una consulta privada y que son, precisamente, quienes más sufren patologías de salud mental. "La situación económica es un determinante claro en la salud. Y las personas que acumulan deudas o se enfrentan a un desahucio presentan mucho más estrés, angustia, ataques de pánico o incluso depresiones", explica Laia Farràs, doctora en psicología y miembro del Colectivo Sísifo, un grupo de especialistas que atienden de forma gratuita las personas que afrontan un desalojo y padecen problemas de salud mental en la zona norte de Barcelona.