Un lunes cualquiera, 11 de la mañana. El Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) del centro de atención primaria (CAP) Cerdanyola Ripollet, en Barcelona, recibe una llamada. Una persona en Sant Cugat del Vallès ha sufrido una hipoglucemia. La unidad de soporte vital avanzado (SVA) se pone en marcha. Nada más entrar en la casa, la enfermera y los técnicos, equipados con equipos de protección individual (epis) abren las ventanas "para airear". "Esto es por el covid-19", explican. La barandilla del portal ni se toca. La enfermera, Gemma Cuadras, pregunta al paciente si ha tenido tos, fiebre o contacto con algún contagiado del virus. Nada. Antes retirarán las sábanas de la cama en la que se encuentra recostado. También por el coronavirus. Por suerte, el enfermo logra ser estabilizado y no requiere de traslado al hospital.
CRISIS SANITARIA INTERNACIONAL
Un día rastreando el virus con la ambulancia
EL PERIÓDICO sigue durante una mañana la labor del Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) de Barcelona Nord
La pandemia también ha impactado en este servicio, que cuadriplicó su asistencia telefónica durante la crisis
Una jornada con la unidad de soporte vital avanzado del SEM en Cerdanyola del Vallès (Barcelona). /
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