ENTREVISTA

Anna Veiga: "La legislación española en edición genética es muy liberal"

La bióloga catalana, madre científica de la primera "niña probeta" de España, lidera un pionero proyecto que modificará los genes de embriones

La bióloga Anna Veiga, en el Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge (Idibell). / JORGE GIL

La bióloga Anna Veiga (Barcelona, 1956) es la madre científica de Victoria Anna Perea, la primera bebé de España nacida en 1984 gracias a la fecundación 'in vitro' (la primera "niña probeta"). Más de 30 años después, Veiga lidera un pionero proyecto que, por primera vez en España, impulsará la edición genómica de embriones. La investigación, que será llevada a cabo por el Institut d'Investigació Biomèdica del Hospital de Bellvitge (Idibell) y Dexeus Dona, busca explicar cómo se desarrolla el embrión humano en sus etapas más iniciales, algo que permitirá mejorar las ténicas de reproducción asistida.

-Explique la importancia de este proyecto.

-Desde el punto de vista científico representa una primera aproximación al uso de la edición genómica en embriones humanos para entender cuál es el papel que juegan determinados genes en su desarrollo. Esta técnica, llamada de CRISPR/Cas9, se puede utilizar para modificar el genoma con finalidades muy diferentes. En el caso del embrión, lo que podríamos hacer es reparar alguna patología; es decir, alterar algún gen que esté mutado y que provoca una enfermedad. Esto es, de hecho, lo que hizo el investigador chino con la edición genómica de dos embriones [para evitar la infección del virus del sida] que acabó con el nacimiento de dos gemelas.

-Pero tuvo problemas: fue condenado a tres años de cárcel por modificar el ADN de las niñas.

-Claro, porque él se saltó todas las recomendaciones desde el punto de vista ético a nivel mundial. Quienes estamos trabajando en este campo tenemos muy claro que la técnica CRISPR/Cas9 todavía presenta algunas dificultades desde el punto de vista técnico y, por tanto, de momento no está justificado utilizarla clínicamente. Esto es lo que no hizo este investigador.

-¿En qué consiste el CRISPR/Cas9?

-Es una técnica de genética molecular que actúa como unas tijeras: corta o modifica determinados fragmentos del material genético para, en el caso de esta investigación, alterar un gen para entender cuál es su papel, su responsabilidad, en el desarrollo del embrión.

-¿Qué información proporcionará este proyecto?

-Nos puede dar información de qué se necesita para que un embrión se desarrolle de una forma normal. Por ejemplo, si nosotros modificamos un gen que consideramos importante para el desarrollo del embrión y vemos que este no se desarrolla bien, estamos confirmando que realmente este gen tiene un papel importante en el desarrollo embrionario. Hay pacientes que tienen dificultades a la hora de producir embriones con un desarrollo normal.

-¿Por qué hay mujeres que tienen tantas dificultades para quedarse embarazadas?

-Es una de las cosas que podríamos llegar a saber. Tenemos mucha información al respecto, pero aún hay muchísimas incógnitas. Las primeras fases de desarrollo embrionario son aún muy desconocidas. Hay muchos aspectos que hemos explorado gracias a la fecundación 'in vitro', pero aún hay incógnitas que debemos resolver.

"Este proyecto puede explicarnos por qué en algunos casos los embriones no se desarrollan de forma correcta"

-¿Qué porcentaje de parejas no logra nunca quedarse embarazada?

-La fecundación 'in vitro' aporta soluciones a aproximadamente un 30% de las parejas que se someten a ella. Eso es muy variable en función de la edad. Las parejas más jóvenes pueden llegar a tener hasta un 80% de éxito, mientras que en las parejas mayores el porcentaje de éxito no pasará del 8% o 9%. Hay parejas en las que no se logra nunca: para algunas de estas últimas el problema es que los embriones no consiguen un desarrollo del todo correcto y por tanto no se pueden implantar.

-Aunque esta es la primera vez que se editan embriones genéticamente en España, ya se ha hecho otras veces en otros países.

-En el mundo ya se ha hecho edición genómica para investigación. Los líderes en este campo también son los investigadores chinos, son quienes tienen más publicaciones al respecto. También hay un grupo americano y otro grupo inglés. De hecho, nuestro proyecto intenta confirmar los datos que ha conseguido este grupo inglés y ampliarlos. La edición genómica, en la práctica clínica, solo se ha hecho en el caso de estas dos gemelas que nacieron en China en noviembre del 2018. No se está utilizando clínicamente en embriones en ningún otro lugar.

-¿Y se hará?

-Si la técnica logra dar la seguridad suficiente, es muy probable que se utilice en algunos casos. Lo que también debemos tener en cuenta es que, en el caso de la edición genómica de embriones, hay realmente unas indicaciones muy limitadas para utilizarla. Para intentar evitar el nacimiento de una descendencia con un problema genético, en estos momentos disponemos de técnicas como el diagnóstico genético preimplantacional (DGP), el cual, en lugar de corregir la patología, selecciona los embriones que no la tienen. Ello permite que nazcan hijos sanos de parejas con un riesgo elevado de tener bebés con un problema genético. Hay pocas, muy pocas, indicaciones para las cuales la edición genómica, en el caso de patologías, es la única solución. Pero las hay.

-¿Cuáles son?

-En aquellas parejas en las que los dos están afectados por una enfermedad -no son portadores, sino que están afectados-. También en el caso en que uno de los dos sufre una enfermedad que transmitirá a toda su descendencia. Son situaciones que suceden con una frecuencia relativamente baja. En la mayoría de casos en que una pareja tiene un riesgo elevado de tener descendencia con una anomalía genética, podemos utilizar el DGP, porque aquella pareja produce tanto embriones afectados como no afectados, y podemos seleccionar los sanos.

-¿Cuáles son los límites entre la edición genética y la ética?

-La cuestión ética es: ¿resulta lícito utilizar una técnica sobre un embrión al que no puede solicitarse el consentimiento y teniendo en cuenta que esta modificación va a trasmitirse a la descendencia? El individuo que nacerá no puede dar su consentimiento para que se haga lo que hacemos, porque lo estamos haciendo cuando es un embrión. Cuando hablamos de edición genómica en una persona -ya no en el embrión- y editamos, por ejemplo, las células de su sangre, le pedimos permiso, le explicamos qué es lo que haremos, cuáles son las consecuencias que podemos esperar y esta persona puede dar o no su consentimiento. Y, además, eso no se transmitirá a su descendencia. Pero, en el caso de la edición genómica en embriones, la gran diferencia es que estamos haciendo una cosa que posteriormente se transmitirá a toda su descendencia. Este es el principal dilema ético. En segundo lugar, en este caso el problema es que, si la técnica no funciona del todo, debemos preguntarnos si realmente podemos utilizarla. Es decir, debe estar perfectamente comprobado que cualquier metodología que se aplique en la práctica clínica, en principio, no tendrá ninguna consecuencia negativa. Otro dilema que comporta esta técnica es que, aunque casi todo el mundo está de acuerdo con reparar embriones con un problema genético, también da pie a plantear otros tipos de modificaciones que serían, por decirlo de alguna manera, para mejorar la especie y no por una necesidad puramente médica.

"No sabemos cómo 'hacer' niños muy inteligentes porque estas características no van ligadas a un solo gen, sino que resultan de la interacción de muchos genes y del entorno"

-¿Saben cómo hacerlo?

-No, no sabemos 'hacer' niños muy inteligentes o muy buenos en matemáticas, o grandes atletas. No sabemos hacerlo porque, en muchos casos, estas características no van ligadas a un solo gen, sino que resultan de la interacción de muchos genes diferentes y del entorno. Pero, en cualquier caso, esta técnica abre la puerta también a ser utilizada para mejora de la especie. Y este es otro de los aspectos éticos que conlleva.

-¿Y qué debemos hacer?

-Si lo que te comento es técnicamente posible, lo que se debe plantear es si está bien hacerlo o no. Pero eso no debemos planteárnoslo los profesionales, sino la sociedad. Las legislaciones deben dejar claro qué es legal y qué no. Ocurre que lo que es legal en un país, quizás no lo es en otro, por lo que en las sociedades científicas debe haber un cierto consenso de qué pensamos que es adecuado o no. Este consenso está ya establecido: todos los que trabajamos en temas ligados al origen de la vida tenemos muy claro que, hasta que la técnica de edición genómica no esté optimizada, no se debe utilizar. También tenemos muy claro que se debe utilizar para curar patologías o para evitar el nacimiento de niños con problemas genéticos. No obstante, se plantean otras aplicaciones que se deben debatir y a las cuales debemos llegar con un consenso.

-Comenta que en parte depende de la legislación de los países. ¿Cómo es la legislación en España en materia de edición genética?

-En España tenemos una ley de reproducción asistida del 2006 y otra de biomedicina del 2007 muy liberales, pues permiten hacer investigación en embriones y toda una serie de técnicas que en otros países no se permiten, sobre todo en temas de reproducción asistida.

-¿Ha costado mucho obtener la autorización para este nuevo proyecto?

-14 meses. Todos los proyectos que implican la utilización de embriones humanos tienen que pasar por la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, que depende del Ministerio de Sanidad. La Conselleria de Salut de Catalunya es la que da el permiso tras la decisión de la comisión nacional.

-¿Y ya ha comenzado?

-No, estamos empezando a contactar con las parejas que dijeron en su momento que querían donar embriones para la investigación para que firmen el correspondiente consentimiento. Cuando tengamos los primeros embriones, comenzaremos a trabajar.

-¿Con cuántos embriones esperan trabajar?

-Se ha solicitado el proyecto con 80 embriones.

-Usted dio el salto de la reproducción asistida a la investigación con células madre. ¿Por qué?

-Sigo trabajando en reproducción asistida y, de hecho, este proyecto versa un poco sobre la investigación aplicada a ella. Conecta las dos instituciones con las que estoy trabajando: Dexeus Dona y el Programa de Medicina Regenerativa del Idibell. Para mí fue un salto muy lógico y natural; de hecho, otros colegas en otros centros de todo el mundo han hecho el mismo recorrido. En aquel momento, profesionales con mucha experiencia en el desarrollo embrionario pasamos a la investigación de células madre embrionarias. ¿Por qué? Porque éramos los que sabíamos de embriones y para hacer células madre embrionarias debíamos trabajar con embriones.

"Nos ha llevado 14 meses obtener la autorización para empezar esta investigación"

-En el ámbito de las células madre, ¿cuáles son las líneas de investigación más interesantes?

-En los últimos años, nuestros objetivos han sido sobre todo dos. Uno: a partir de las células madre de reprogramación inducida, hacer modelos de enfermedades. Es decir, cogemos una célula de un paciente que tiene una enfermedad determinada y a partir de una célula de la sangre o de la piel hacemos células de reprogramación inducida que nos ayudan a entender qué le pasa a aquel paciente, por qué está enfermo. Y qué podemos hacer para ayudar a resolver aquella patología. Dos: las terapias celulares. Es decir, fabricamos células en el laboratorio para intentar sustituir aquellas que se han degenerado y que han dejado de funcionar. Un ejemplo muy claro es la degeneración macular [trastorno ocular que destruye lentamente la visión central y aguda]. Cada vez más -porque nuestra esperanza de vida ha aumentado- padecemos enfermedades degenerativas. Y estas -que, en su mayoría, están ligadas a la edad- necesitan de alguna solución. Las células han dejado de funcionar, pero al fabricar células en el laboratorio planteamos la posibilidad de hacer trasplantes, ya no de órganos, sino de otras células con el objetivo de resolver determinados problemas.

-¿Qué nos queda por descubrir de las células madre?

-Muchísimo. La primera publicación de las células madre embrionarias es del año 1998. Y de las células de reprogramación inducida, del 2006. Es un campo de investigación en el que están trabajando miles de investigadores en todo el mundo. Es enorme y van apareciendo novedades continuamente.

-Debo pedírselo: valore el papel actual de la mujer en la ciencia.

-En las profesiones ligadas a la biomedicina o a las ciencias de la salud, las mujeres han tenido un protagonismo muy claro. En las facultades de Medicina, de Biología, Bioquímica… hay un porcentaje muy importante de mujeres, muchas veces mayor que de hombres. Las mujeres ocupan posiciones muy relevantes en una escala media de la jerarquía de la investigación, pero yo creo que poco a poco irán llegando a posiciones más relevantes. Aunque algunas ya están ahí, creo que aún nos queda recorrido para situarnos en el mismo nivel que nuestros colegas hombres.

-¿Le ha dado la reproducción asistida más libertad a la mujer?

-Absolutamente. La mujer ha tenido más libertad gracias a dos cosas. Por un lado, su libertad reproductiva ha pasado a estar claramente ligada a la anticoncepción -la mujer puede decidir cuándo quiere tener hijos y cuándo no-. Por otro, gracias a las técnicas de reproducción asistida, puede decidir tener hijos aunque sufra algún problema que se lo dificulte.