EL RIESGO DE REGRESAR A ENFERMEDADES GRAVES

Cada vez más niños sin vacunar: 4.500 cada año en Catalunya

La proporción de familias contrarias a proteger a sus hijos avanza entre colectivos de nivel socioeconómico medio o alto

Salut advierte de que si ahora no hay polio, difteria o sarampión es porque la mayoría de pequeños han sido vacunados

Vacunación de un bebé. / RF / DMITRY NAUMOV

La muerte de un niño de Olot enfermo de difteria, que no había sido vacunado, ocurrida hace un año, dio lugar a un leve incremennto de la demanda de vacunas por parte de familias contrarias a la vacunación de sus hijos. Pero aquel repunte se ha esfumado. La proporción de menores que no reciben ninguna vacuna en sus primeros meses de vida ni después por decisión familiar vuelve a equipararse en Catalunya a la que existía antes de aquel trágico episodio, o es incluso ligeramente superior. Esta es la tendencia y contra ella no parecen ser eficaces los mensajes de pediatras y científicos que muestran, con datos epidemiológicos, la validez de las vacunas y los riesgos de regresar a enfermedades graves en que incurren los niños no inmunizados.

Las claves de la noticia

  • 1 En los primeros meses  La vacuna denominada hexavalente, que se administra a los 2, 4 y 11 meses de vida, protege frente a difteria, tétanos, tosferina, poliomielitis, meningitis B, hepatitis B. A los 4 meses también se administra la antimeningocócica C, que evita otra forma de meningitis.
  • 2 Incorporaciones en el 2016  El calendario oficial ha incorporado este año la vacuna contra el neumococo, que se suma a las que se administran a los 2, 4 y 11 meses de vida. Este mismo inmunógeno se ofrece a los mayores de 65 años, población considerada vulnerable ante esta grave enfermedad.
  • 3 Solo una crea polémica    El calendario se completa con las vacunas triple vírica, que protege frente a sarampion, rubeola y parotiditis, la de la hepatitis A y la de la varicela. A las niñas de 11 años se les ofrece la que previene contra algunas cepas del virus del papiloma humano. Esta es la única vacuna que sigue generando controversia. Es también la más cara del calendario.
  • 4 Para mayores  Las personas adultas deberían recibir cíclicamente, cada 5 o 10 años, las vacunas contra el tétanos y la difteria, ya que la protección de esos dos fármacos no es indefinida. También se recomienda la antigripal a los mayiores de 65 años, de forma anual.

En el 2015 fueron vacunados en Catalunya el 92,85% de los bebés en su primer año de vida, dos puntos menos que en el 2010, lo que situó en unos 4.500 la cifra de recién nacidos que no recibieron los fármacos preventivos. El porcentaje de vacunados desciende al 90,5% de los niños catalanes si se contabiliza a la población de 0 a 14 años que debería haber recibido las 13 vacunas que componen el calendario oficial y gratuito que se considera “imprescindible” para evitar infecciones graves, potencialmente transmisibles, que en otro tiempo causaron gran mortalidad y que no han sido erradicadas en ningún lugar del mundo. Salut desconoce la cifra de niños que no constan como vacunados pero sí lo están porque han sido inmunizados en consultas pediátricas privadas.  

NIVELES EUROPEOS

La Agència de Salut Pública de Catalunya (ASPC)Agència de Salut Pública de Catalunya (ASPC), responsable de la prevención de enfermedades, insiste en destacar el “alto porcentaje” de familias que sí acatan el calendario de vacunaciones infantiles. Una proporción similar, aseguran, a la de Reino Unido, superior a la de Francia, Alemania –donde avanzan los colectivos contrarios a la vacunación- y Holanda, que, por motivos religiosos, reúne a una importante colonia de no vacunados.

Las citadas peticiones inesperadas de vacunas de hace un año, destinadas a niños que no estaban protegidos contra ninguna de las enfermedades previstas en el calendario oficial, se produjeron en el entorno geográfico donde había vivido el pequeño fallecido, una zona –con la comarca de La Garrotxa como epicentro— donde los movimientos antivacunas tienen notable implantación. Se trata de familias jóvenes, con un nivel socioeconómico y educativo medio o alto, que han optado por mantener un estilo de vida lo más alejado posible de los tóxicos de la dieta y la farmacopea, y llevan su decisión hasta el límite de prescindir de las vacunas que en el último siglo han borrado de la conciencia colectiva el miedo a la poliomielitis, la difteria, el sarampión o la viruela, infecciones que en otro tiempo protagonizaron importantes epidemias cíclicas. “En España, a principios del siglo pasado morían cada año cerca de 5.000 personas a causa de la difteria”, señaló recientemente José María Bayas, epidemiólogo del Hospital Clínic e investigador en vacunas.

"En España, a principios  "En España, a principios del siglo pasado morían cda año 5.000 personas por difteria"

La ASPC no oculta su preocupación ante el avance del movimiento antivacunas, un colectivo refractario a los mensajes del mundo científico. Su posición, alerta Salut, puede deteriorar la denominada “inmunidad colectiva”, situación que se produce cuando una mayoría de individuos que comparten zona geográfica están protegidos frente a determinados virus o bacterias. En esas circunstancias, una persona no vacunada se beneficia de la inmunización del colectivo.

“Las familias contrarias a la vacunación de las enfermedades que incluimos en el calendario oficial no recuerdan, o no han conocido jamás y no saben lo que es, a personas afectadas por polio, y desconocen, o niegan por esa razón, las cifras que respaldan la importancia de recibir algunas vacunas”, insiste Cabezas, en alusión a la del sarampión. “Esta enfermedad no es muy grave, y no pasa nada si no te has vacunado contra ella, dicen los movimientos antivacunas –prosigue la especialista--. Pero hay que tener en cuenta que una de cada mil personas no vacunadas que sufre sarampión desarrolla una encefalopatía mortal”. Esa inflamación grave de las membranas cerebrales sucede a “una de cada millón” de personas vacunadas contra el sarampión, añade. “Mil veces menos”, reitera Cabezas.Si la proporción de población no inmunizada sigue creciendo, concluyen desde Salut, Catalunya se enfrentará a un problema comunitario de salud pública.