INVESTIGACIÓN DE ALCANCE MUNDIAL

Pedro Alonso: "Dar con una vacuna eficaz contra la malaria será mucho más difícil que hallarla para el sida"

El fármaco preventivo aceptado por la OMS protege a un 33% de los bebés vacunados

Laboratorio del Hospital Clínic donde se trabaja en la vacuna contra la malaria. / JULIO CARBÓ

El investigador Pedro Alonso, director del programa mundial contra la malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha expuesto en un encuentro celebrado en Barcelona algunas de las razones que explican por qué el diseño de una vacuna antipalúdica de amplia protección está resultando tan difícil a los numerosos científicos empeñados en su búsqueda.

Trazando un paralelismo con la enorme complejidad con que choca la investigación de una vacuna preventiva del sida, Alonso advierte de que la dificultad para dar con un fármaco que evite contraer el VIH –visto como un objetivo próximo a la utopía en estos momentos— es “una broma” comparada con las múltiples barreras que afronta la investigación sobre una vacuna contra la malaria. “La complejidad biológica del parásito que causa la malaria es incomparable a la del virus más raro que pueda existir –ha dicho Alonso--. Cien años después de investigar la acción de este microorganismo seguimos sin conocer los mecanismos de inmunidad que utiliza”. “De ahí que existan vacunas contra virus y bacteria, pero no hay ninguna vacunación que evite enfermedades parasitarias”.

EFICACIA LIMITADA

El prototipo de vacuna que Alonso y su equipo han experimentado en el último decenio en Maniça (Mozambique), fármaco diseñado por la farmacéutica GlaxoSmith Kline (GSK), ha demostrado ofrecer protección al 30% de los bebés de 0 a 18 meses a los que se administra, y al 55% de los menores de 5 años, unos resultados que la han calificado de “herramienta imperfecta” para afrontar la malaria. La OMS ha aceptado la utilización “cautelosa” de esta vacuna en zonas aún por determinar. Estas vacunaciones se emprenderán en los próximos meses.      

Las cifras terribles sobre los efectos de la malaria han experimentado una sensible reducción en los últimos años, gracias a la intervención y financiación de organismos internacionales. Esta enfermedad, causada por un parásito que se transmite a las personas a través de la picadura del mosquito anófeles cuando este se ha infectado, aún provoca la muerte anual de más de 400.000 individuos, un “60%” menos que hace 15 años, advierte Alonso. La mayoría de esas muertes ocurren en África y el Sudeste asiático. Cada año sufren la infección más de 200 millones de personas, una cifra que, aun siendo elevadísima, también es muy inferior a la registrada al inicio del actual siglo.

ELIMINAR LA ENFERMEDAD

Los programas coordinados por la OMS y financiados desde organismos filantrópicos, entre ellos la Fundación Bill & Melinda GatesBill & Melinda Gates (FBMG), así como por la intervención en zona afectadas de entidades como elInstituto de Salud Global (ISGlobal), que Alonso impulsó y dirigió hasta hace un año, han propiciado esa mejora. ISGlobal, que cuenta con un presupuesto anual de 14 millones de euros, está financiado por la FBMG, la Generalitat, el Gobierno español y la Fundació La Caixa, entre otros organismos. 

  

El Instituto de Salud Global impulsa un proyecto para eliminar el paludismo en el sur de Mozambique   

ISGlobal emprendió el pasado octubre un ambicioso proyecto que pretende la “eliminación” de la malaria en una zona rural y dispersa situada en el sur de Mozambique, habitada por 65.000 personas. El objetivo se pretende alcanzar utilizando algunas de esas “herramientas imperfectas”, en definición de Alonso, con que cuenta en estos momentos la lucha contra la malaria: censo riguroso de la población; identificación de los enfermos de malaria, distribución de mosquiteras impregnadas con insecticida y aplicación de tratamientos basados en la artemisa. Si el proyecto concluye con éxito, se extenderá a zonas del Sudeste asiático.