Los problemas articulares, respiratorios, digestivos y de la piel, junto con las alergias, son las patologías más frecuentemente tratadas con terapia y medicación homeopáticas. «También es muy efectiva en problemas emocionales como un proceso de duelo», añade el especialista en homeopatía Guillem González. «En enfermedades más graves, la homeopatía complementa la terapéutica clásica, aumentando su eficacia en el caso por ejemplo de la quimioterapia, en enfermedades crónicas que presentan crisis de agudización periódicas como bronquitis, asma, reumatismos, logrando espaciar en el tiempo los episodios de crisis, hasta su desaparición», puntualiza el vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Homeopática (SEMH), Antonio Ortega. «El paciente crónico es el que más nos consulta, porque lo que ha estado tomando hasta entonces no acaba de solventar su problema», declara González. «Por definición, la enfermedad crónica lo es para siempre, pero con la homeopatía logra estabilizarse y se consigue una mejora. En algún caso también desaparece en su totalidad. Sin embargo, la homeopatía no es el chocolate del loro, cura lo que cura. Tampoco a los antibióticos ni a la acupuntura se les pide que lo curen todo», señala González.
Alergias y problemas articulares
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