DÍA MUNDIAL DEL SÍNDROME DE LAS PIERNAS INQUIETAS
Síndrome de las piernas inquietas: qué es lo que se siente y cuándo debo ir al neurólogo
Hasta un 20% de los pacientes más graves comenzaron a tener los primeros síntomas del síndrome antes de los 20 años
El 90% de los que sufren el síndrome de piernas inquietas no lo saben.
Un movimiento constante de las piernas durante la noche. Este es el síntoma que sufren muchos españoles durante sus horas de descanso. Este trastorno neurológico conocido como enfermedad de Willis-Ekbom o síndrome de piernas inquietas afecta, según las estimaciones de la Sociedad Española de Neurología a casi 2 millones de personas en España. Este lunes, 23 de septiembre, celebra su Día Mundial.
¿Cómo es y a qué se debe este movimiento continuo?
- Pues generalmente el movimiento es la respuesta a una sensación de hormigueo, picazón o ardor que suele aparecer durante el reposo y que se para (momentáneamente) o disminuye con el movimiento, explican los neurólogos.
Estos movimientos continuos no pasan inadvertidos para el paciente, puesto que su descanso no consigue ser lo suficientemente reparador.
Y como explica la doctora Celia García Malo, Vocal del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología.
“Puesto que los síntomas de esta enfermedad suelen darse principalmente durante el descanso o por la noche, es muy común que los pacientes experimenten dificultades para dormir o relajarse, lo que puede afectar mucho la calidad de vida del paciente”,
- “No en vano, el síndrome de las piernas inquietas, además de su impacto en la calidad del sueño, suele estar asociado con ansiedad y depresión, además de que puede tener un significativo impacto en las relaciones sociales y laborales”.
El síndrome de las piernas inquietas provoca una seria distorsión del sueño / Foto de Nur Demirbaş: https://www.pexels.com/
El 90% de los afectados no está diagnosticado
Pero, a pesar de que se trata de una patología muy frecuente, que puede afectar hasta un 10% de la población adulta y hasta un 4% de los niños y adolescentes, el número de personas diagnosticadas de esta enfermedad es muy bajo.
Tal es la falta de diagnóstico que la SEN calcula que, en España, hasta un 90% de las personas que lo padecen podrían estar sin diagnosticar.
La razón es que en la gran mayoría de los casos los síntomas son muy leves y no ocurren todas las noches, lo que hace que el paciente no llegue a consultar con un médico.
- El problema es que las molestias que provoca el síndrome de las piernas inquietas van aumentando a lo largo del tiempo. Esto puede llevar a generar retrasos de más de 10 años en el diagnóstico.
Parte del problema en el retraso diagnóstico tiene que ver con “normalizar” la aparición de estas molestias y por la dificultad para acceder a un médico especialista que pueda esclarecer el diagnóstico.
Los casos más graves se inician en la infancia. / Adobe Stock.
Los casos más graves se inician en la infancia
Pero como comenta la doctora Celia García Malo, también hay otro hándicap en el diagnóstico:
"Ocurre sobre todo en los casos que se inician en la edad pediátrica. Como en esas edades la presencia de estas molestias en las extremidades pueden ser achacadas a dolores de crecimiento o a hiperactividad, es cuando se dan los mayores retrasos en el diagnóstico”.
Y como asegura la neuróloga. "No debería ser así, porque sabemos que al menos un 25% de los pacientes comienzan a experimentar los síntomas de la enfermedad en la infancia o en la adolescencia”.
- Además, son precisamente los casos que se inician a edades tempranas los que pueden llegar a convertirse en los casos más graves.
- Hasta un 20% de los pacientes que padecen el síndrome de piernas inquietas padecen esta enfermedad en su forma más grave y, por lo general, se da en las personas cuyos síntomas empezaron antes de los 20 años.
“En todo caso, no se trata de una enfermedad que solo debute en la infancia o en la adolescencia. Ya que, aunque puede iniciarse a cualquier edad, en general, la gran mayoría de las personas comienzan a experimentar los síntomas a partir de los 40 años. Además, es más común en mujeres que en hombres”, señala la especialista.
síndrome de las piernas inquietas / Unsplash
El síndrome de piernas inquietas se puede tratar
Recuperar un descanso nocturno reparador es el objetivo de los tratamientos del síndrome de piernas inquietas. Pero para poder aplicarlos es esencial consultar con un especialista en cuanto “experimenten molestias en las piernas, sobre todo cuando ocurren con tal frecuencia que dificultan el inicio o el mantenimiento del sueño”, subraya la doctora.
De esa forma, el médico podrá realizar un correcto diagnóstico, estudiar si existe alguna causa subyacente y tratar de forma adecuada el trastorno.
- "Actualmente, aproximadamente un 25% de los pacientes que acuden a la consulta de Neurología o a una Unidad de Sueño por problemas de insomnio crónico es diagnosticado con el síndrome de piernas inquietas”, añade la experta.
Antes de determinar qué tipo de tratamiento aplicar a una enfermedad, los especialistas siempre tratan de saber cuál es su causa.
El síndrome de las piernas cansadas afecta a entre un 20 y un 30% de la población / Adobe Stock
En el caso del síndrome de las piernas inquietas aún se desconocen las causas que lo provocan, aunque se ha relacionado con:
- Factores genéticos
- Deficiencias de hierro
- Alteraciones en los niveles de dopamina en el cerebro.
Pero también puede estar asociada a ciertas enfermedades y condiciones médicas, como:
- La insuficiencia renal
- Diabetes
- Embarazo
- Neuropatías,
- Afecciones de la médula espinal
- Enfermedades como el Parkinson o la esclerosis múltiple.
“Dependiendo de si se identifica o no algún tipo de causa subyacente, variará el tratamiento. En todo caso, por lo general, el tratamiento se centrará en abordar los síntomas y mejorar la calidad del sueño”, explica la experta.
Terapia para paliar el síndrome de las piernas inquietas
Entre las terapias más utilizadas para paliar el movimiento constante de las piernas, la doctora García Malo señala como los más frecuentes:
- "Incluir cambios en el estilo de vida, como evitar el consumo de cafeína y alcohol".
- "Mantener una rutina regular de sueño".
- "Hacer ejercicio y aplicar técnicas de relajación".
- "Y en casos más graves o cuando la enfermedad interfiere significativamente con la calidad de vida, existe medicación específica para mejorar los síntomas”.
“En todo caso es importante que se realice un correcto seguimiento de la evolución de la enfermedad y de sus síntomas para tratar de que esta enfermedad no vaya a más. Ya que, cuando la enfermedad evoluciona y los pacientes sufren una forma grave de esta enfermedad, es mucho más difícil dar con una pauta de tratamiento que sea efectiva”.
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