FISIOTERAPIA
Si tengo una lesión, ¿cuándo debo aplicar frio o calor? ¿qué es mejor para el dolor?
La elección depende de tres factores: el tipo de lesión, su gravedad y el tiempo que haya pasado desde que se produjo
¿Cuándo debo aplicar frio o calor si tengo una lesión? / Stevica Mrdja. Adobe Stock.
Ante un golpe, una torcedura, una contractura, una lesión poner frío o calor sobre la zona afectada es uno de los primeros recursos que utilizamos.
Y aunque es cierto que la aplicación de frío y calor es una terapia que puede ayudar a mejorar una lesión disminuyendo el dolor y ayuda a una mejor recuperación, hay que tener claro cuándo utilizar una técnica u otras. Porque una mala aplicación puede tener efectos contraproducentes.
¿Entonces qué es mejor ponerse frio o calor? “Para responder a esta pregunta lo primero que tenemos que valorar es qué tipo de lesión tenemos y la gravedad de la misma”, explica Pere Palmada fisioterapeuta deportivo de la Unidad de Medicina del Deporte del hospital Clínic Barcelona y Hospital Sant Joan de Déu.
Así, hay tres factores que van a influir en la decisión a tomar: por un lado, el tipo de lesión, su gravedad y, además, el tiempo que haya pasado desde que se produjo.
Profesional de la fisioterapia / EPE
Frio para la inflamación tras la lesión
Teniendo en cuenta estas consideraciones el fisioterapeuta explica que “la terapia del frío o crioterapia la utilizamos cuando hay una inflamación”. Pere Palmada, fisioterapeuta. Porque el frío reduce la inflamación, el dolor y favorece una recuperación.
Al aplicar el frío debemos de tener cuidado de no hacerlo nunca sobre heridas abiertas, ni directamente sobre la piel, ni tampoco antes de realizar una actividad física o ejercicio
Además, el frío está indicado en los momentos posteriores a la lesión, en caso de golpes, caídas, o esguinces.
En cuanto a la forma de aplicarlo, el especialista indica que la terapia de frio debe aplicarse mientras dure la inflamación aguda, unas 72 horas máximo desde la lesión, y hacerlo no más de 20 minutos cada dos horas.
Y, por supuesto, al aplicar el frío debemos de tener cuidado de no hacerlo nunca sobre heridas abiertas, ni directamente sobre la piel, ni tampoco antes de realizar una actividad física o ejercicio.
El calor está más indicado para problemas crónicos como lumbalgias o dolores cervicales. / Adobe Stock.
Pero no solo la crioterapia no solo funciona en caso de lesiones. Pere Palmada apunta que “también en una recuperación post deportiva puede ayudarnos”, ya que la terapia con frio también se suele usar después de una sesión de ejercicio físico intenso para mejorar la recuperación.
Calor para problemas crónicos
En el caso de las terapias con calor, el fisioterapeuta del Hospital Clínic explica que se puede utilizar “en procesos crónicos o que están en un estado avanzado o musculares, siempre después de la primera fase de inflamación”.
- Y ¿a qué tipo de procesos se refiere el experto? Pues fundamentalmente a problemas de larga evolución como lumbalgias, dolores cervicales, contracturas…
Además, Palmada subraya la importancia de esperar a que la inflamación se reduzca puesto que “una aplicación incorrecta de calor en una fase muy temprana de la lesión puede favorecer la inflamación”.
¿Y por qué calor en estos casos? Pues porque tiene un efecto de sedación y relajación que ayudan a reducir el dolor. En cuanto a cómo aplicarlo, también hay que tener algunas precauciones como no aplicarlo más de 20 minutos cada dos horas y no hacerlo nunca directamente sobre la piel.
La fisioterapia puede aliviar alguno de los síntomas de la ataxia / Adobe Stock.
Por último, el experto señala que la eficacia de estas terapias será más o menos efectivas en función de la tolerancia y la percepción del paciente al frío y al calor.
Además, este tipo terapias pueden ser complementadas ejercitando la zona afectada o tomando analgésicos o antiinflamatorios. “No obstante, estos últimos, además de ser recomendados por un profesional, también se recomendarán o no dependiendo de las características de la lesión”, concluye el especialista.Ante un golpe, una torcedura, una contractura, una lesión poner frío o calor sobre la zona afectada es uno de los primeros recursos que utilizamos.
Y aunque es cierto que la aplicación de frío y calor es una terapia que puede ayudar a mejorar una lesión disminuyendo el dolor y ayuda a una mejor recuperación, hay que tener claro cuándo utilizar una técnica u otras. Porque una mala aplicación puede tener efectos contraproducentes.
¿Entonces qué es mejor ponerse frio o calor? “Para responder a esta pregunta lo primero que tenemos que valorar es qué tipo de lesión tenemos y la gravedad de la misma”, explica Pere Palmada fisioterapeuta deportivo de la Unidad de Medicina del Deporte del hospital Clínic Barcelona y Hospital Sant Joan de Déu.
Así, hay tres factores que van a influir en la decisión a tomar: por un lado, el tipo de lesión, su gravedad y, además, el tiempo que haya pasado desde que se produjo.
Profesional de la fisioterapia / EPE
Frio para la inflamación tras la lesión
Teniendo en cuenta estas consideraciones el fisioterapeuta explica que “la terapia del frío o crioterapia la utilizamos cuando hay una inflamación”. Pere Palmada, fisioterapeuta. Porque el frío reduce la inflamación, el dolor y favorece una recuperación.
Al aplicar el frío debemos de tener cuidado de no hacerlo nunca sobre heridas abiertas, ni directamente sobre la piel, ni tampoco antes de realizar una actividad física o ejercicio
Además, el frío está indicado en los momentos posteriores a la lesión, en caso de golpes, caídas, o esguinces.
En cuanto a la forma de aplicarlo, el especialista indica que la terapia de frio debe aplicarse mientras dure la inflamación aguda, unas 72 horas máximo desde la lesión, y hacerlo no más de 20 minutos cada dos horas.
Y, por supuesto, al aplicar el frío debemos de tener cuidado de no hacerlo nunca sobre heridas abiertas, ni directamente sobre la piel, ni tampoco antes de realizar una actividad física o ejercicio.
El calor está más indicado para problemas crónicos como lumbalgias o dolores cervicales. / Adobe Stock.
Pero no solo la crioterapia no solo funciona en caso de lesiones. Pere Palmada apunta que “también en una recuperación post deportiva puede ayudarnos”, ya que la terapia con frio también se suele usar después de una sesión de ejercicio físico intenso para mejorar la recuperación.
Calor para problemas crónicos
En el caso de las terapias con calor, el fisioterapeuta del Hospital Clínic explica que se puede utilizar “en procesos crónicos o que están en un estado avanzado o musculares, siempre después de la primera fase de inflamación”.
- Y ¿a qué tipo de procesos se refiere el experto? Pues fundamentalmente a problemas de larga evolución como lumbalgias, dolores cervicales, contracturas…
Además, Palmada subraya la importancia de esperar a que la inflamación se reduzca puesto que “una aplicación incorrecta de calor en una fase muy temprana de la lesión puede favorecer la inflamación”.
¿Y por qué calor en estos casos? Pues porque tiene un efecto de sedación y relajación que ayudan a reducir el dolor. En cuanto a cómo aplicarlo, también hay que tener algunas precauciones como no aplicarlo más de 20 minutos cada dos horas y no hacerlo nunca directamente sobre la piel.
La fisioterapia puede aliviar alguno de los síntomas de la ataxia / Adobe Stock.
Por último, el experto señala que la eficacia de estas terapias será más o menos efectivas en función de la tolerancia y la percepción del paciente al frío y al calor.
Además, este tipo terapias pueden ser complementadas ejercitando la zona afectada o tomando analgésicos o antiinflamatorios. “No obstante, estos últimos, además de ser recomendados por un profesional, también se recomendarán o no dependiendo de las características de la lesión”, concluye el especialista.Ante un golpe, una torcedura, una contractura, una lesión poner frío o calor sobre la zona afectada es uno de los primeros recursos que utilizamos.
Y aunque es cierto que la aplicación de frío y calor es una terapia que puede ayudar a mejorar una lesión disminuyendo el dolor y ayuda a una mejor recuperación, hay que tener claro cuándo utilizar una técnica u otras. Porque una mala aplicación puede tener efectos contraproducentes.
¿Entonces qué es mejor ponerse frio o calor? “Para responder a esta pregunta lo primero que tenemos que valorar es qué tipo de lesión tenemos y la gravedad de la misma”, explica Pere Palmada fisioterapeuta deportivo de la Unidad de Medicina del Deporte del hospital Clínic Barcelona y Hospital Sant Joan de Déu.
Así, hay tres factores que van a influir en la decisión a tomar: por un lado, el tipo de lesión, su gravedad y, además, el tiempo que haya pasado desde que se produjo.
Profesional de la fisioterapia / EPE
Frio para la inflamación tras la lesión
Teniendo en cuenta estas consideraciones el fisioterapeuta explica que “la terapia del frío o crioterapia la utilizamos cuando hay una inflamación”. Pere Palmada, fisioterapeuta. Porque el frío reduce la inflamación, el dolor y favorece una recuperación.
Al aplicar el frío debemos de tener cuidado de no hacerlo nunca sobre heridas abiertas, ni directamente sobre la piel, ni tampoco antes de realizar una actividad física o ejercicio
Además, el frío está indicado en los momentos posteriores a la lesión, en caso de golpes, caídas, o esguinces.
En cuanto a la forma de aplicarlo, el especialista indica que la terapia de frio debe aplicarse mientras dure la inflamación aguda, unas 72 horas máximo desde la lesión, y hacerlo no más de 20 minutos cada dos horas.
Y, por supuesto, al aplicar el frío debemos de tener cuidado de no hacerlo nunca sobre heridas abiertas, ni directamente sobre la piel, ni tampoco antes de realizar una actividad física o ejercicio.
El calor está más indicado para problemas crónicos como lumbalgias o dolores cervicales. / Adobe Stock.
Pero no solo la crioterapia no solo funciona en caso de lesiones. Pere Palmada apunta que “también en una recuperación post deportiva puede ayudarnos”, ya que la terapia con frio también se suele usar después de una sesión de ejercicio físico intenso para mejorar la recuperación.
Calor para problemas crónicos
En el caso de las terapias con calor, el fisioterapeuta del Hospital Clínic explica que se puede utilizar “en procesos crónicos o que están en un estado avanzado o musculares, siempre después de la primera fase de inflamación”.
- Y ¿a qué tipo de procesos se refiere el experto? Pues fundamentalmente a problemas de larga evolución como lumbalgias, dolores cervicales, contracturas…
Además, Palmada subraya la importancia de esperar a que la inflamación se reduzca puesto que “una aplicación incorrecta de calor en una fase muy temprana de la lesión puede favorecer la inflamación”.
¿Y por qué calor en estos casos? Pues porque tiene un efecto de sedación y relajación que ayudan a reducir el dolor. En cuanto a cómo aplicarlo, también hay que tener algunas precauciones como no aplicarlo más de 20 minutos cada dos horas y no hacerlo nunca directamente sobre la piel.
La fisioterapia puede aliviar alguno de los síntomas de la ataxia / Adobe Stock.
Por último, el experto señala que la eficacia de estas terapias será más o menos efectivas en función de la tolerancia y la percepción del paciente al frío y al calor.
Además, este tipo terapias pueden ser complementadas ejercitando la zona afectada o tomando analgésicos o antiinflamatorios. “No obstante, estos últimos, además de ser recomendados por un profesional, también se recomendarán o no dependiendo de las características de la lesión”, concluye el especialista.Ante un golpe, una torcedura, una contractura, una lesión poner frío o calor sobre la zona afectada es uno de los primeros recursos que utilizamos.
Y aunque es cierto que la aplicación de frío y calor es una terapia que puede ayudar a mejorar una lesión disminuyendo el dolor y ayuda a una mejor recuperación, hay que tener claro cuándo utilizar una técnica u otras. Porque una mala aplicación puede tener efectos contraproducentes.
¿Entonces qué es mejor ponerse frio o calor? “Para responder a esta pregunta lo primero que tenemos que valorar es qué tipo de lesión tenemos y la gravedad de la misma”, explica Pere Palmada fisioterapeuta deportivo de la Unidad de Medicina del Deporte del hospital Clínic Barcelona y Hospital Sant Joan de Déu.
Así, hay tres factores que van a influir en la decisión a tomar: por un lado, el tipo de lesión, su gravedad y, además, el tiempo que haya pasado desde que se produjo.
Profesional de la fisioterapia / EPE
Frio para la inflamación tras la lesión
Teniendo en cuenta estas consideraciones el fisioterapeuta explica que “la terapia del frío o crioterapia la utilizamos cuando hay una inflamación”. Pere Palmada, fisioterapeuta. Porque el frío reduce la inflamación, el dolor y favorece una recuperación.
Al aplicar el frío debemos de tener cuidado de no hacerlo nunca sobre heridas abiertas, ni directamente sobre la piel, ni tampoco antes de realizar una actividad física o ejercicio
Además, el frío está indicado en los momentos posteriores a la lesión, en caso de golpes, caídas, o esguinces.
En cuanto a la forma de aplicarlo, el especialista indica que la terapia de frio debe aplicarse mientras dure la inflamación aguda, unas 72 horas máximo desde la lesión, y hacerlo no más de 20 minutos cada dos horas.
Y, por supuesto, al aplicar el frío debemos de tener cuidado de no hacerlo nunca sobre heridas abiertas, ni directamente sobre la piel, ni tampoco antes de realizar una actividad física o ejercicio.
El calor está más indicado para problemas crónicos como lumbalgias o dolores cervicales. / Adobe Stock.
Pero no solo la crioterapia no solo funciona en caso de lesiones. Pere Palmada apunta que “también en una recuperación post deportiva puede ayudarnos”, ya que la terapia con frio también se suele usar después de una sesión de ejercicio físico intenso para mejorar la recuperación.
Calor para problemas crónicos
En el caso de las terapias con calor, el fisioterapeuta del Hospital Clínic explica que se puede utilizar “en procesos crónicos o que están en un estado avanzado o musculares, siempre después de la primera fase de inflamación”.
- Y ¿a qué tipo de procesos se refiere el experto? Pues fundamentalmente a problemas de larga evolución como lumbalgias, dolores cervicales, contracturas…
Además, Palmada subraya la importancia de esperar a que la inflamación se reduzca puesto que “una aplicación incorrecta de calor en una fase muy temprana de la lesión puede favorecer la inflamación”.
¿Y por qué calor en estos casos? Pues porque tiene un efecto de sedación y relajación que ayudan a reducir el dolor. En cuanto a cómo aplicarlo, también hay que tener algunas precauciones como no aplicarlo más de 20 minutos cada dos horas y no hacerlo nunca directamente sobre la piel.
La fisioterapia puede aliviar alguno de los síntomas de la ataxia / Adobe Stock.
Por último, el experto señala que la eficacia de estas terapias será más o menos efectivas en función de la tolerancia y la percepción del paciente al frío y al calor.
Además, este tipo terapias pueden ser complementadas ejercitando la zona afectada o tomando analgésicos o antiinflamatorios. “No obstante, estos últimos, además de ser recomendados por un profesional, también se recomendarán o no dependiendo de las características de la lesión”, concluye el especialista.
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