Ozempic: el medicamento eficaz para la diabetes que muchos usan como "milagro" para adelgazar

Los pacientes con diabetes tipo 2, una enfermedad en alza que se estima padecen más de 5,3 millones de españoles, llevan meses con problemas para encontrar uno de los fármacos más recetados para tratar esta enfermedad, que a nivel global afecta a 422 millones de personas.

Hablamos Ozempic, uno de los medicamentos análogos de la GLP-1, que no solo mejoran eficazmente el control de la glucosa en sangre, sino que ayudan a bajar de peso.

Este fármaco únicamente se administra a aquellos pacientes que, además de haber sido diagnosticados con diabetes, también sufren obesidad (IMC entre 25 y 29,9). 

¿Por qué se agota Ozempic?

Juan Pedro Rísquez, vicepresidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, señala a este diario que su uso indebido es una de las razones principales que explican el desabastecimiento en las farmacias de dentro y fuera de nuestras fronteras.

Y es que no pocos endocrinos lo están recetando a pacientes que tienen problemas de sobrepeso, pero no diabetes.

“Los problemas de suministro se mantienen, y no solo en España, sino también en países de nuestro entorno”, resalta el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Jaén. 

• “Se trata de un medicamento que requiere de prescripción médica e indicado para pacientes diabéticos con obesidad. Tomarlo sin diagnóstico médico y, por supuesto, sin receta de un facultativo, puede poner en riesgo nuestra salud”.

En la actualidad, la disponibilidad de este tipo de medicamentos es “intermitente”. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha alertado que tal y como figura en su prospecto, están "autorizados" para mejorar el control glucémico en el tratamiento de adultos con diabetes mellitus tipo 2 "no suficientemente controlada con dieta y ejercicio". 

• Por tanto, se debe priorizar el uso de estos tratamientos "a las condiciones autorizadas", que no es otra que el control glucémico de pacientes con diabetes.

El problema de suministro, indica el organismo, es extensible a otros fármacos inyectables en pluma precargada como Trulicity y Bydureon.

Un pico de demanda de Ozempic en el último trimestre

El pico de demanda de este tipo de medicamentos, que ha surgido en el último trimestre de este año, ha provocado que la industria farmacéutica “no de a basto”, aunque hay tratamientos alternativos “que son también inyectables” y que tienen la misma eficacia. 

• “No tenemos datos exactos, pero sí parece que ha habido un incremento del consumo de este medicamento (Ozempic) porque, además de la indicación prevista, se ha sumado el hecho de que algunos especialistas en endocrinología estén tratando la obesidad con este fármaco”.

En las redes sociales, este medicamento ha alcanzado una popularidad que no es propia de un producto sanitario.

Celebridades como Elon Musk, CEO de Twitter, ha compartido en su cuenta el “secreto” de su dieta: “ayuno, Ozempic y alejado de la comida apetitosa”.

Por eso, el farmacéutico manda un mensaje claro después de que muchos famosos hayan compartido en sus redes sociales que utilizan este medicamento con un fin diferente al que fue aprobado.

• “Requiere prescripción médica, y ninguna persona va a conseguir este producto sin una receta. Y, además, puede producir una alteración de su salud, ya que no es conveniente tomarlos por cuenta propia”.

Ozempic: ¿cuánto cuesta y cómo se administra este medicamento?

Como se puede leer en su prospecto, Ozempic, de Novo Nordisk, contiene el principio activo de semaglutida, que ayuda al organismo a reducir el nivel de glucosa en sangre, solo cuando los niveles de azúcar son demasiado elevados. También ayuda a prevenir una enfermedad cardíaca.

Solo se puede utilizar en pacientes con diabetes tipo 2, mayores de 18 años, y cuando no hayan funcionado otros medicamentos indicados para esta enfermedad junto a una dieta sana y equilibrada y ejercicio físico.

Este fármaco crea una sensación de saciedad al imitar la hormona que regula el apetito. Y los resultados reflejan que la reducción del peso corporal en un año va del 6% al 15%.

La pluma precargada de 1,5 mililitros tiene un precio de 128,15 euros. Pero como se trata de un medicamento financiado por el Sistema Nacional de Salud, el coste para los pacientes desciende hasta los 4,24 euros.

La dosis inicial es 0,25 miligramos, una vez a la semana durante un mes.

Después, la dosis aumenta a 0,5 miligramos a la semana, que puede subir a 2 miligramos "si el nivel de azúcar en sangre no se controla adecuadamente". 

Entre sus efectos secundarios, destacan las náuseas, vómitos o diarreas, que pueden causar deshidratación, dolor intenso y continuo en la zona del estómago, experimentar un episodio de bajo nivel de azúcar en sangre (hipoglucemia) o un empeoramiento de la visión si se sufre previamente enfermedad ocular diabética.

Se dispara la venta en el mercado negro, que suelen ser falsificaciones

Basta una simple búsqueda en un navegador en Internet para darse cuenta que, en los últimos meses, ha aumentado la venta ilegal de medicamentos que requieren prescripción médica. No solo por los problemas de suministros que sufren ciertos fármacos, sino por la imposibilidad de comprarlos sin la receta de un facultativo. 

Pese a la oposición frontal de los laboratorios, la red se ha convertido en un auténtico mercado negro de todo tipo de tratamientos: desde ansiolíticos como Diazepam u Orfidal, hasta Ozempic. En Internet, su precio puede superar los 150 euros.

• El Consejo General de Colegios Farmacéuticos advierte que “hay que tener especial cuidado porque, además de los problemas de salud que puede generar la adquisición de un medicamento sin que realmente sea necesario, también es probable que sean falsificaciones”. 

La venta ilegal de medicamentos que “alteran la salud de los ciudadanos es una irresponsabilidad, en un sistema tan garantista como el de las farmacias españolas, y que es muy peligroso”. 

La adquisición de los medicamentos sujetos a prescripción médica solo se puede hacer en las farmacias abiertas al público, legalmente autorizadas y que figuren en el listado publicado por la autoridad competente. Nunca a través de Internet, como recoge el Real Decreto 870/2013 del 8 de noviembre.