El Vergel del Mediterráneo (5): Carlota y una almohada (Carlota) | Texto y podcast

Carlota Sirvent ha asesinado a su marido, aquejado de una enfermedad degenerativa, y le ha enterrado, con la ayuda de un amigo, en la parcela que alquilaron juntos

Solar abandonado junto a la N-II. Premià de Mar. / Julio Carbó

¿Puede considerarse la muerte de Eddy como un asesinato? Técnicamente, supongo que sí. Se reúnen todos los requisitos. La premeditación, la alevosía y la nocturnidad. ¿O son agravantes? Y, puestos a ser remilgados, también hay un móvil, no el de Eddy, sino un móvil del crimen. Podía haber confesado que Eddy se había muerto durmiendo, que hubiera sido lo más natural del mundo, pero me inventé lo de la huida, que fue una temeridad, lo reconozco y que después, esas mentiras te llevan a otras y llega un momento en que ya no sabes dónde estás ni nada. ¿Hubo un plan? Por supuesto. Pero en mi defensa puedo alegar que Eddy también participaba del plan. Y si la víctima, la propia víctima, la auténtica y genuina víctima, ella misma, pretende morir, ¿acaso no es un acto de caridad contribuir a su final de la manera menos dolorosa posible?