Hogueras (6): Décimo piso | Texto y podcast

Avanzaba a tientas, con cuidado, poniendo el pie en cada escalón, y de golpe fue como volver al tiempo de la oscuridad y la espiga, a la casa del aire enrarecido, y Samuel que me preguntaba qué había pasado con Xavier

zentauroepp36063117 escalera200720184414 / JULIO CARBÓ

Cuando éramos pequeños estar a oscuras no me importaba, pero después de que se marchara Xavier era la única cosa que me gustaba. Aunque fuera de día, bajaba las persianas hasta que solo se colaba un hilo de luz. Samuel no lo entendió nunca, él era de luz y de sol, de abrir las ventanas y que entrara el aire, y se quejaba de que en mi casa el aire siempre estaba enrarecido como en una mina. Un día te traeré un canario y qué te apuestas que se muere, me dijo una vez, y yo me tapé con una sábana hasta la nariz, cuántas horas había pasado en la cama sin hacer nada, solo mirando el hilo de luz de las persianas de la pared, que tenía forma de espiga.