campaña de baño en catalunya

Bandera verde en la playa, peligro para la tercera edad

La bandera verde ondea en una playa de la Barceloneta. / JOSEP GARCIA

Quince personas han fallecido ahogadas en lo que llevamos de verano en las playas catalanas, las tres últimas entre el domingo y el miércoles pasados, según los datos facilitados por Protección Civi. Una cifra menor que la registrada durante el mismo periodo del 2015, en el que perdieron la vida 21 personas hasta el 5 de septiembre de ese año. El número de muertes ha disminuido, pero el perfil de las víctimas no ha cambiado: la mayoría de los fallecidos tenían una edad media de 65 años, muchos de ellos sufrían patologías previas y casi todos se ahogaron con buena mar, cuando en la playa ondeaba la bandera verde.

"Entre las víctimas hay más hombres que mujeres y más españoles que extranjeros. El turista es minoritario, en el 2016 ha habido menos casos que en otros años", precisa Sergio Delgado, subdirector general de Protección Civil de la Generalitat. Este responsable en seguridad confirma que muchas de las víctimas sufrían patologías previas, como cardiopatías, que han provocado que se ahogaran, a veces en apenas unos palmos de agua y cuando había buenas condiciones meteorológicas.

"A veces algunos de ellos fallecen en la orilla, porque pierden el conocimiento y quedan flotando boca abajo a causa de una indisposición que seguramente podría haber tenido una evolución diferente si se hubiera producido en la arena de la playa", añade Delgado.

MÁS CONCIENCIACIÓN

A pesar de las campañas que se han llevada a cabo para concienciar a los bañistas de más edad de que no es conveniente meterse en el agua cuando se está indispuesto o mareado tras tomar el sol, los responsables de Protección Civil reconocen que todavía "queda mucho camino por recorrer" para "concienciar" de este peligro a los colectivos de más edad.

También insisten en que se ha de trabajar para "hacer más visible" la figura del socorrista y luchar contra el "descrédito" que a veces tienen estos profesionales, que "están preparados y tienen conocimientos", cuando izan la bandera amarilla o la roja y vetan el baño en las playas.

"Hay ocasiones en las que los usuarios no entienden que se coloque una bandera amarilla en la playa porque ven que hay buena mar. Pero a veces el peligro no está en las olas, sino en las corrientes que llegan a la costa, y los socorristas conocen esos peligros", insiste el responsable de Protección Civil, que recomienda a los bañistas que se vean sorprendidos por una de estas resacas que no naden en línea recta hacia la costa, sino que lo hagan en paralelo o en diagonal hacia la playa.

SOCORRISTAS EN SEPTIEMBRE

Delgado advierte, además, de que todavía queda mucha temporada de baño y que en el mes de septiembre también acuden muchos bañistas a las playas catalanas. Una concurrencia que a veces coincide con la finalización del servicio de socorristas. En el 2014, cuatro personas fallecieron ahogadas entre el 18 y 19 de septiembre en playas en las que no había socorristas. En esos casos, también coincidió que el mar estaba especialmente revuelto y las víctimas fueron imprudentes al adentrarse en el agua.

Protección Civil recuerda que el servicio de socorristas es una competencia municipal, pero también aconseja a los municipios que adapten la duración de las campañas a la afluencia de personas que hay a lo largo del año. "No solo en septiembre, también en junio suele haber bañistas, por eso lo ideal sería que los ayuntamientos estudiaran bien la afluencia real de usuarios y adaptaran el servicio a las necesidades con diferentes horarios", señala.

Los riesgos de las piscinas para los niños

El 22% de las 139 asistencias por ahogamiento en piscinas realizadas por el Servicio de Emergencias Médicas (SEM) de la Generalitat hasta finales del mes pasado correspondió a casos de niños de hasta 5 años, según ha explicado el jefe de la central de coordinación sanitaria del SEM, Joan Górriz. El jefe de la central de coordinación sanitaria del SEM ha destacado que lo más importante para evitar estos sucesos es la supervisión de los niños más pequeños, ya que el mayor número de casos se produce en menores con edades comprendidas entre los 3 y los 4 años que no saben nadar. "Lo más importante es la protección, la prevención, y hay que insistir en que cada vez que un niño se esté bañando en una piscina o en el mar, haya un adulto con él, e incluso se recomienda que la distancia entre y uno otro no sea superior a la longitud del brazo del adulto para que, si se produce cualquier incidencia, lo pueda sujetar de manera inmediata". Las recomendaciones de Górriz tuvieron lugar un día después de que una niña de 3 años perdiera la vida cuando se bañaba en una piscina privada en una urbanización de Calonge (Baix Empordà). Apenas dos horas y media antes, otra niña de 4 años que se bañaba en una piscina particular en una urbanización de Sils (Selva) fue rescatada cuando se estaba ahogando y murió días después en el hospital.