Pocas calas hay en Menorca que te hagan sentir más alejado del mundo que las de En Tosqueta, que permanecen ahí, tal cual, ajenas a la tramontana desde el principio de los tiempos.
La última vez que vine a pie, el sol me castigó tanto que pensé que nunca volvería... Las cigarras me gritaban al oído y los pinos me negaban su cobijo. Sufrí sed, soledad y las alucinaciones propias del solano de agosto; pero cuando volví a casa hecho un guiñapo me sentí feliz por haber descubierto un lugar como este... y, caray: ¡por poder abrir la nevera y tomarme un algo fresco!
Este es uno de esos lugares hecho a medida para perder hasta la cobertura. Eso sí: los blandos de piel que se vayan en yate. Como los marajás.
Dónde: A 5.500 m a pie caminando hacia la izquierda desde la playa de Son Parc.
Servicios: Ninguno.
Entorno: Natural.
Ocupación: Baja.
Participa en el concurso de la Playa Misteriosa de esta semana.