Me confieso un fiel transeúnte enamorado de este rincón del Cap de Creus, uno de aquellos que más he disfrutado durante las incontables tardes que he pasado aquí estirado a la arena, así, sin más, viendo pasar las nubes y las horas empotrado por esta deliciosa indolencia. Sintiendo. Admirando. Y pensando en qué fácil lo tenemos hoy en día para disfrutar de este paraíso mineral. Ahora sí que se vive bien y no en aquellos tiempos donde se trabajaba tanto. Y si no, al venir fíjate en todos estos bancales hechos a mano para cultivar la viña que arruinó la filoxera.
Dónde: Camina 2 km des del sendero que empieza en la ‘Cala Tamariua’, a 5 kilómetros del Port de la Selva.
Servicios: Ninguno.
Entorno: Natural.
Ocupación: Media.
Recomendada para: Senderistas
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