Cala Pudent (cala maloliente) recibe tal apelativo por la acumulación de posidonia en la orilla de una de sus playas, que emite un olor un tanto desagradable. No obstante, como ocurre con el queso -al que el olor nunca hace justicia-, Cala Pudent goza de otras cuatro playitas deliciosas para pasar el día bajo el sol insular sin que los aromas del algar molesten al sentido. Son cuatro diminutos arenales de sedimento más o menos fino que comparten un paisaje totalmente inalterado y dignísimo de todos los elogios. Y además las aguas siempre están calmas, cristalinas y deliciosas. Aunque para saborearla hay que caminar. Bon profit!
PLAYAS DE ENSUEÑO
Playas de Cala Pudent
Aunque huela mal, sabe a gloria
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