Conde del asalto

Hopper pinta Els Tres Tombs

Ambiente nocturno de Els Tres Tombs. / Martí Fradera

Si Edward Hopper quisiera pintar uno de sus cuadros en mi barrio, no podría retratar desde fuera un bar nocturno con tipos en traje tocados con sombreros fedora, melancólicas mujeres de tirabuzones pelirrojos con vestidos tubo y solícitos camareros uniformados de blanco. Si el tipo apareciera en Sant Antoni y quisiera replicar su mítico y noctámbulo 'Nighthawks', tendría que retratar a dos yayos en anorak mojando croissant en café con leche, cuatro jóvenes de after empapuzándose de gintónics en vaso de tubo y aquella cara conocida metiendo una moneda más en la tragaperras. Esto es, pintaría Els Tres Tombs de madrugada.