Suenan la inspirada guitarra del tocaor Juan Gómez, 'Chicuelo', la voz del cantaor Joaquín Gómez, 'El Duende', y el cajón del percusionista Isaac Vigueras, 'El Rubio'.
Y la tan manida definición de Monvínic como 'templo del vino' cobra todo el significado: el ambiente que componen los artistas con su música es catedralicio.
Corazón encogido, aires de trascendencia, silencio sepulcral.
Estoy en la Monvínic Experience, una de las actividades-reclamo del 49º Voll Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona. Pero no es un concierto cualquiera.
En esta ceremonia tan mística como laica hay cuatro 'cardenales': los ya mencionados Juan Gómez (Chicuelo), Joaquín Gómez (El Duende), Isaac Vigueras (El Rubio) y el historiador e investigador del CSIC Álvaro Girón.
Los tres primeros interpretan los vinos de Jerez que ha seleccionado el gran experto mundial en estos vinos andaluces, maestro de ceremonias de una noche irrepetible.
El Duende, Chicuelo y El Rubio, en Monvínic.
Por suerte, puedo volver a la 'catedral' Monvínic cada día porque cada día salvo los domingos está abierto. Allí no hay gárgolas, sino botellas; no hay cálices, sino copas de vino.
¡Que suene la música!