Copas sin efectos especiales
Coctelerías de culto de Barcelona en las que no tendrás que hacer cola
Barras de calidad ajenas a TikTok. Descubre unas de las mejores coctelerías de la ciudad donde no se prodigan los 'influencers'
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Dos cócteles de La Llibreria / Instagram
Seguramente estás hasta el gorro de ver las mismas coctelerías cool en tu feed de Instagram. Si has dicho basta a las copas con efectos especiales, y quieres hincar los codos en una barra de calidad ajena a TikTok, en estos bares te recibirán con la coctelera en ristre.
Nos vamos a Fort Pienc. La Higuera (Sicília, 101) parece un bar-restaurante de toda la vida, que lo es, pero tiene catch: también es una de las mejores coctelerías de Barcelona. El responsable es Kike Prado, un bartender minucioso, sabio, siempre abierto a experimentar con cabeza, capaz de darle vuelta a tragos clásicos y ponerles su inequívoco sello de calidad. Hace tiempo que no me paso por su barra para inyectarme un silver bullet en el alma, pero no pasa nada. Lo bueno de La Higuera es que por mucho que tardes en volver, siempre te sentirás como en casa. Además, en esta coctelería de barrio también hay cancha para platos icónicos que triunfan en las distancias cortas. La presa ibérica con chips es seguramente el símbolo más poderoso de una cocina honesta y con excelente producto en la que destaca también cualquier cosa que lleve foie.
Nos vamos a Les Corts, otro barrio en el que no se prodigan los 'influencers'. Allí está La Llibreria (Doctor Ibáñez, 24), un espacio que parece sacado de una peli de época. Como su nombre indica, cuenta con una antigua librería de madera noble, en cuyas estanterías descansa una envidiable colección de libros sobre coctelería. En la preciosa barra, un equipo de bartenders uniformados te introducirán en una carta de cócteles trabajada, con sentido; un viaje por todo el planeta a través de tragos como el Cantarito, un guiño a las cantinas de Jalisco en vasija de cerámica. Si aprieta el hambre, hay embutidos de calidad y unas tablas de quesos en la que te zambullirás como si fueras un saltador olímpico.
Y en Gràcia, finalmente, damos con nuestros huesos en 14 de la Rosa (Martínez de la Rosa, 14). Otros se llevan los flashes, pero esta coctelería tiene una de las barras más finas que he visitado. La elegancia es la clave en un bar que se siente cómodo en la elaboración de tragos clásicos, perfectamente equilibrados. Su interior ambarino propone un viaje al pasado, el ambiente es propicio para veladas tranquilas y los bartenders llevan uno de los uniformes más bonitos que he visto. Chinchín.
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