Toma pan y moja

La Ley Corden, por Òscar Broc

Un restaurante de Nueva York vetó al humorista James Corden por ser "un cretinillo de tres al cuarto". Todos los empresarios de hostelería tienen alguna anécdota con famosos con humos

El humorista James Corden. / REUTERS/Lucas Jackson

La noticia reconforta. El propietario del restaurante Balthazar de Nueva York, un 'hot spot' frecuentado por celebridades, le prohibió la entrada al popular presentador y humorista James Corden. Básicamente, estaba harto de los aires de superioridad y malos modos del famoso comediante. Según el empresario, Corden es «un humorista inmenso, pero un cretinillo de tres al cuarto». Bromas las justas, porque el señor está acostumbrado a lidiar con los egos de las 'celebrities' y ha asegurado que Corden es el cliente más abusivo con el servicio que ha conocido nunca.